Podcast Podcast, Final de la Temporada 2: vuelva a vivir los momentos más apasionantes de la temporada
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Hay momentos en los que el tiempo queda suspendido. Momentos en los que nos encontramos a las puertas de la grandeza. Momentos que superan el paso del tiempo. The Edge es una serie de conversaciones en las que personas extraordinarias comparten sus experiencias sobre el momento que lo cambió todo. Puede tratarse de récords mundiales, un campeonato mundial, revelaciones o decisiones que cambian vidas. Nuestros invitados e invitadas repasan estos momentos minuto a minuto para nosotros. Nos explican cómo superaron la presión, el miedo o el dolor y se esforzaron hasta el límite. Solo en The Edge.
Le presentamos un episodio especial de The Edge, un podcast de TAG Heuer. Es el último capítulo de nuestra segunda temporada. Para completar otra temporada emocionante, destacamos algunos de nuestros momentos favoritos con nuestros excepcionales invitados. Escuchamos a Sydney McLaughlin y a Max Verstappen relatar sus éxitos inolvidables. Exploramos el electrizante mundo de la Fórmula E con los pilotos André Lotterer y Jean-Éric Vergne. La piloto Simona de Silvestro nos hizo descubrir cómo es ser una mujer en el mundo del automovilismo.
Y eso no es todo. La leyenda del cronometraje Jean Campiche nos hizo revivir la época dorada de las carreras. El deporte no ha sido el único tema de la temporada. Invitamos al visionario Ian Rogers para que nos iluminara sobre el futuro de la web3, las criptomonedas y los NFT. Para ampliar el espectro de invitados extraordinarios, charlamos con los actores Patrick Dempsey y Jacob Elordi durante el Gran Premio de Mónaco de 2022. Y disfrutamos de la presencia del músico Guy Berryman, que nos contó sobre la noche en que su banda Coldplay arrasó en el escenario de Glastonbury.
Cada invitado repasó los momentos que han marcado sus vidas. Los momentos que los impulsaron a superar los límites. Así pues, retrocedamos en el tiempo y escuchemos algunos de los momentos más destacados de la temporada 2 de The Edge, presentada por Teo Van Den Broeke.
Para escuchar el podcast completo, escriba “The Edge TAG Heuer” en la barra de búsqueda de su aplicación de podcast:
¿Nuestro objetivo?Convertirnos en la fuente de inspiración que necesita todos los meses para superar sus límites.
Atención: ¿tiene solo un minuto?
Aquí tiene algunos fragmentos para situarse en la línea de salida y hacer que la adrenalina se dispare. Pero no olvide suscribirse a nuestro Podcast para poder oír todo el episodio sin filtros más adelante. The Edge es una serie de conversaciones con personas extraordinarias que viven al límite de las posibilidades. Se trata de la fina línea entre formar parte de la victoria o transformarse en la victoria; va sobre lo que nos sitúa en nuestros límites y qué podemos hacer para superarlos.
Max Verstappen vuelve a vivir el momento en que ganó su primer título
Creo que cuando Christian [Horner] estaba pronunciando esas palabras en la radio, mis tímpanos ya habían explotado por toda la gente que escuchaba gritar por la radio presa de la emoción. Primero uno sueña con conducir un Fórmula 1 y subir al podio o ganar una carrera. Después, una vez que se consigue eso, se desea luchar por un título. Y escuchar eso por la radio fue muy especial, sin duda. Pero en ese momento había tantas emociones… Cuando lo recuerdo ahora, creo que puedo apreciarlo aún más. Fue una locura, me pasé la última vuelta llorando bajo el casco. Solo por ser consciente de que había conseguido por lo que tanto había trabajado, había conseguido el objetivo de mi vida en el automovilismo. Esa última vuelta es algo que siempre voy a recordar.
Sydney McLaughlin habla sobre el momento en que rompió el récord mundial
Nada más cruzar la línea de meta, lo primero que pensé fue: “¡Madre mía, lo he conseguido!”. En ese momento sabía que había batido el récord. Cuando recorrí los últimos 50 metros, solo deseaba bajar de los 52 segundos: era algo que nunca antes se había conseguido.
Jacob Elordi habla de su primer papel
Creo que tendría 12 o 13. Interpreté al Gato en el Sombrero en el musical Seussical, que creo que a día de hoy es una de mis mejores actuaciones. La verdad que fue totalmente desinhibido y libre. Como era un poco revoltoso, la profesora me dijo: “Tienes que interpretar al Gato en Seussical”. Y yo estaba como: “Por supuesto que no”. Y, bueno, luego mi madre me empujó a hacerlo. Había que cantar y bailar, y creo que ahora me haría una bolita y me escondería para no hacerlo. Sí, aterrador. Pero fue genial y creo que nunca me he sentido tan libre.
Patrick Dempsey habla de su primer papel
Fue una obra original que hicimos cuando estuve en un campamento de teatro de verano en el norte de Maine. Yo hacía de conejo y tenía que cantar y bailar y hacer todo eso. Solo recuerdo que formaba parte del grupo y que era muy divertido. Disfruté de la inmersión total en el verano, porque te levantas por la mañana bailando, cantando, trabajando en obras de teatro y musicales y cosas así. Fue muy divertido. Y ahí fue donde me picó el gusanillo del todo.
Simona de Silvestro habla del año más determinante en su carrera como piloto
En 2009 llegué a un equipo que tenía dos ingenieros excelentes. Me sentía muy arropada por el equipo. Por primera vez era el piloto principal de la escudería. De hecho, tenía a Frankie Muniz, que interpretaba al protagonista de Malcolm in the Middle, como compañero. Competí contra él durante unos años en la Fórmula BMW y acabamos siendo compañeros de equipo. Era bastante bueno. Tenía alrededor a un equipo excelente y a personas que tenían muchas ganas de verme lograr mis metas. Me esforcé mucho durante el año junto con mi ingeniero y sentí que tenía el automóvil que necesitaba. Encabezábamos el campeonato hasta la última carrera de la temporada. Por desgracia, tuve que abandonar y terminamos terceros. De todos modos, fue la primera vez que tenía a las personas adecuadas a mi alrededor. Además, esta experiencia me dio mucha confianza en mi talento y fue determinante en mi carrera porque pude llegar a la IndyCar y tener la seguridad de que puedo ser competitiva en esto.
Ian Rogers habla de convencer al gran público sobre la web3
Mi punto de vista es que no quiero hacerlo. De verdad que no me importa. Creo que es inevitable. Incluso en Ledger, considero que no nos corresponde a nosotros convencer o atraer a nadie a la web3. Me guío por la convicción de que es inevitable y creo que el público llegará finalmente porque muchas personas están creando grandes aplicaciones.
En el futuro, una parte del modelo de negocio se basará en un intercambio de valor entre un creador y un mecenas. Es muy bonito. Y no se trata de “robar”. No compro la idea de que los NFT sean una estafa y que de alguna manera Facebook e Instagram sean grandes empresas. En absoluto. Cuando el producto es gratuito, nosotros somos el producto. ¿Qué pasaría si pudiéramos elegir voluntariamente ser mecenas de un creador que nos encante?
Guy Berryman revive el momento en el que actuó en el escenario de Glastonbury
A veces sueño que subo al escenario, miro mi instrumento y me doy cuenta de que he olvidado cómo tocar completamente. Es como la ansiedad definitiva llevada a un sueño. Antes de subir al escenario de Glastonbury, recuerdo dudar de si me acordaría todas las canciones. Por supuesto que se trata de algo irracional, pero el miedo juega su papel y uno empieza a plantearse qué clase de situaciones podrían ocurrir. Por eso, es posible no recordar cómo tocar algunas canciones… y es una sensación horrible. Pero cuando empieza la primera canción, nuestro cuerpo reconoce lo que estamos haciendo. Se trata de la memoria muscular, algo muy común a la hora de tocar un instrumento, sobre todo en directo. Llega un punto en el que hemos tocado una canción tantas veces que no es necesario pensar en cómo hacerlo. Es como si los dedos y los brazos se moviesen solo para colocarse en los trastes adecuados.
Jean Campiche habla sobre la evolución del cronometraje a lo largo del tiempo
Los inicios del cronometraje fueron dolorosos porque, aunque se produjeran menos errores de cálculo o incluso ninguno, a menudo sufríamos problemas técnicos. En algunas ocasiones, las ondas de radio interferían con los monitores, así que los resultados empezaban a parpadear en la pantalla. A veces se producían apagones, así que el cronometraje era complicado desde el primer momento. Creo que se realizaron los mayores avances con la ayuda de la electrónica a finales de los años 70, cuando Heuer hizo un gran esfuerzo para desarrollar un sistema completamente automatizado para el cronometraje. Totalmente automático. Significa que todos los automóviles estaban equipados con un pequeño transpondedor, un transmisor minúsculo que informa del momento en el que se cruza la línea de meta. Los tiempos se medían con un dispositivo de cronometraje que se conectaba a un ordenador, uno de aquellos ordenadores enormes. ¡Era una locura!