SAVOIR-FAIRE Solo los más valientes - Un giro en la historia de la Carrera Panamericana

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Érase una vez en México...

Carrera Panamericana 2020 - Morelia to Guanajuato

Érase una vez en México...

El año es 1950. ¿Pero el sol rebotando en saguaros y cromo, deformando el sinuoso asfalto ante usted? Es eterno. Solo se escucha el rugir de los motores. Bienvenido a la primera Carrera Panamericana: cinco días de calor agotador, condiciones extremas y curvas cerradas entre la frontera con Texas y el punto más al sur de México.

No es solo una carretera abierta, es una nueva carretera repleta de promesas, una autopista panamericana que une el norte y el sur. Una franja de terreno poco tocado que se expande por casi 2 500 millas (más de 4 000 km). Por venir, puentes debilitados por tormentas, mortales barrancos y motores recalentados. ¿Su misión? No solo ganar, también sobrevivir a la carrera más peligrosa del mundo…

La Carrera Panamericana nació...

La Panamericana, que comenzó en 1950 como una carrera de nueve etapas que cruzaba el país, fue organizada por el gobierno mexicano para celebrar la inauguración de su nueva autovía. Con 132 inscripciones, tanto de pilotos aficionados como profesionales de todo el mundo, casi todos los deportes de motor estaban representados: desde la Fórmula 1 hasta el rally, coches de serie e Indy, así como pilotos de resistencia y de aceleración (y, poco habitual para esta época, nueve intrépidas pilotas).

El primer ganador, Herschel McGriff, condujo un Oldsmobile 88 con una media de (adecuadamente) 88 mph (milla por hora, unos 140 km/h). Pese a que era menos potente que muchos de sus competidores, el coche era más ligero y ágil en las pendientes y curvas. Los últimos kilómetros para McGriff estuvieron envueltos por una densa nube de humo negro. Aún así, el Oldsmobile consiguió llegar a la meta sin un depósito de aceite mientras traqueteaba ruidosamente. Fue ya en este primer año que la carrera se ganó se ganó su reputación de letal, con cuatro víctimas mortales, incluyendo un espectador.

Terreno traicionero...

Desde el 51 hasta el 54, la Panamericana se convertiría en una de las carreras más famosas de todos los tiempos, así como la más sangrienta. En 1951, la prensa mexicana declaró su temeridad un delito, pero esto no consiguió disuadir a muchos de los mayores pilotos en todo el mundo, quienes acudieron en masa desde todas partes para participar. Las categorías de coches deportivos y de serie se crearon para igualar las condiciones entre las engorrosas berlinas estadounidenses y los ágiles coches deportivos europeos.

De hecho, Mercedes-Benz envió un equipo de pilotos, mecánicos y 300 SL especialmente concebido para competir en 1952. En esta ahora infame acontecimiento, los pilotos de Mercedes Kling y Hans Klenk colisionaron con un buitre a más de 220 km/h, rompiendo en pedazos el parabrisas y dejando al copiloto inconsciente. Sin embargo, ni siquiera un peligro aviar interrumpió su ritmo. Aceleraron, cubiertos en sangre y cristales rotos, en dirección al próximo cambio de neumáticos, a 43 millas (unos 69 kilómetros).

 

Umberto Maglioli during the Carrera Panamericana

En 1954, la carrera había tomado un carácter mucho más profesional. El piloto ganador, Umberto Maglioli, consiguió una velocidad media de 138 mph (222 km/h) con un Ferrari 375 Plus. No obstante, tras 27 muertes en sus cuatro turbulentos años de historia y una mayor preocupación por la seguridad después del fatídico accidente en Le Mans, la Panamericana fue cancelada en 1955. Los primeros años de la década de los 50 habían visto increíbles transformaciones técnicas en el mundo del motor, con velocidades duplicadas como resultado, pero las medidas de seguridad no habían conseguido evolucionar al mismo ritmo.

Momento de inspiración de Jack Heuer...

En 1963, varios años después de la “congelación” de la Panamericana, Jack Heuer escuchó hablar de la carrera de dos pilotos mexicanos durante las 12 horas de Sebring. Sus historias de aventura, heroicidad y audacia encendieron fueron la chispa del fuego de imaginación de Jack, que llevaría no solo a la creación del primer cronógrafo diseñado específicamente para pilotos profesionales, sino también a la creación de la ahora conocida colección de TAG Heuer. La TAG Heuer Carrera se convirtió rápidamente en un símbolo emblemático de la deportividad y la aventura: el verdadero espíritu de la Panamericana.

¿Desea obtener más información sobre el diseño, las complicaciones y la extraordinaria historia de la colección? Consulte en nuestras preguntas frecuentes el apartado Todo lo que siempre quiso saber sobre TAG Heuer Carrera” aquí.

El renacimiento de la Panamericana...

En 1988, un grupo de aficionados al automovilismo de México y Estados Unidos revivieron la Panamericana en forma de prorally o “rally por etapas”, con una ruta similar a la de la primera carrera, permitiendo tanto a pilotos aficionados como a profesionales experimentar las emociones y desafíos de la carrera original, pero en una versión menos sanguinaria. Prácticamente todos los coches con una carrocería clásica fueron aceptados, y casi todas las inscripciones eran de coches de serie estadounidenses de los años 50 y 60. Sin embargo, pese a su exterior de aspecto vintage, su interior albergaba, en la mayor parte de los casos, motores similares a los utilizados en los modernos coches de NASCAR, con motores V8 adaptados y diseñados específicamente para esta ocasión.

Junto con esta nueva ingeniería, nuevas restricciones se adoptaron. Se estableció un límite de velocidad de 144 mph (unos 231 km/h) y a cada copiloto se le proporcionó un libro de ruta y mapas, incluyendo instrucciones detalladas para toda la carrera. Cada curva se cataloga según su dificultad y se incluyen advertencias sobre condiciones peligrosas (aunque, esporádicamente, un armadillo deseoso de emociones fuertes puede adentrarse sin darse cuenta en el tráfico).

 

 

Carrera Panamericana Arrival

Pese a estas nuevas directrices, la Panamericana sigue siendo una carrera de alta velocidad, montañosa y, en ocasiones, traicionera; una carrera como ninguna otra recreación moderna, de las cuales la mayoría se han transformado hasta ser irreconocibles. ¿Algo más? Desde 1991, TAG Heuer ha sido un colaborador oficial de la Panamericana, una de las pocas carreras contemporáneas abiertas al público. Los espectadores pueden observar la carrera desde cualquier punto de su recorrido, incluso desde el arcén de la carretera. Si asiste hoy en día a la carrera, puede conversar con los pilotos e, incluso, posar sus manos sobre los propios coches sin pagar ni un solo céntimo.

El espíritu Carrera...

Permita a su imaginación volver atrás en el tiempo una vez más: por fin, la meta a la vista, la promesa de agua fresca, camas mullidas y rondas de dulce tequila ante usted como un espejismo. Algunos pilotos se perdieron, auténticos hombres y mujeres de deporte, con un inquebrantable deseo de aventura y de oro, quienes juraron que ganarían o morirían en el intento. Muchos han sobrevivido tras colisiones con la naturaleza, barrancos o grava letal, y se aproximan con dificultad hacia la meta. Y, mientras todo se desvanece a lo lejos detrás, los últimos metros se presentan delante en una bruma de adrenalina y velocidad. Es ahí donde el espíritu de la Carrera Panamericana viva y respira. Nacido tras cinco largos días de sangre, sudor y lágrimas, sí. Pero es en estos instantes finales, los últimos 100 metros de un viaje de 3 507 kilómetros, que los ganadores emergen. En el fragmento de un segundo, cuando solo los valientes convierten sus sueños en vistorias.

Hilaire y Laura Damiron, ganadores de la Carrera Panamericana en 2016

¿Preparado para conocer a los más valientes (además de vistoriosos)? Durante las próximas semanas, nos acompañarán dos campeones de la Carrera Panamericana, patrocinados por TAG Heuer, para conversar acerca de los detalles fundamentales acerca de las carreras de rally, cómo mantener vivo el amor y cómo se siente alcanzar la victoria en la venerada Panamericana.

El TAG Heuer Carrera es la creación de la que Jack Heuer está más orgulloso, un nombre inspirado por la legendaria Carrera Panamericana

TAG Heuer Carrera Sport Cronógrafo 44 mm, Calibre Heuer 02 Automático, Ref. CBN2A10.BA0643

En 1962, el director general de entonces Jack Heuer escuchó la historia de la legendaria Carrera Panamericana. La palabra “Carrera” llamó su atención y supo de inmediato que sería el nombre perfecto para un nuevo reloj.

Descubra los rediseñados modelos TAG Heuer Carrera, impulsados por el sofisticado calibre de Manufactura Heuer 02.