Relojes La historia de un nombre - El TAG Heuer Monza

Un joven director de escudería, que acaba de ganar una carrera en Mónaco, se detiene a mirar un expositor de relojes en una tienda libre de impuestos. Está a punto de embarcar en su vuelo de vuelta a casa, pero un reloj en particular le llama la atención. El TAG Heuer Monza. Esta victoria le ha valido un premio en metálico. Pero si no lo gasta, el dinero se lo quedará su equipo. Así que, para celebrar su victoria, el joven saca un sobre con dinero en efectivo y se compra un reloj que refleja casi todo lo que representan las carreras. Velocidad en estado puro, herencia, triunfo. Durante las dos décadas siguientes, el joven se convirtió en uno de los directores de escudería más exitosos de la historia del automovilismo. ¿Le suena el nombre de Christian Horner? El reloj era un excepcional TAG Heuer Monza de edición limitada. De hecho, todos los TAG Heuer Monza son excepcionales. Tal vez por eso, cada edición ha cautivado la imaginación de los profesionales y aficionados a las carreras. Cada edición ha adquirido un estatus de reloj de culto. Todos han sido símbolos de la velocidad de élite. Pero, ¿qué hace que el TAG Heuer Monza sea tan emblemático? Vamos a averiguarlo.

Este reloj, reeditado a principios de los 2000 como parte de la colección clásica de TAG Heuer, sigue siendo uno de los favoritos de los coleccionistas. El diseño evocaba algunos de los elegantes cronógrafos Heuer de los años 30.

En 2011, el relojero retomó los códigos estéticos de los años 70 con otra versión del TAG Heuer Monza. Bisel en forma de cojín, agujas azules en una esfera blanca, números de gran tamaño y marcadores de rodio envejecido luminiscente. Todo un reloj purista.

Avancemos hasta 2016. Para conmemorar su 40 aniversario, TAG Heuer lanzó un reloj muy parecido al Heuer Monza de 1976. La caja era negra. La corona y los pulsadores eran de acero inoxidable en contraste. El reloj tenía un cronógrafo de doble registro, impulsado por el movimiento Calibre 17 de TAG Heuer. En la escala exterior presentaba un pulsómetro y un taquímetro, los mejores amigos de los pilotos de carreras de los años 70. Un auténtico homenaje al original.

Forjado en carbono ultraligero. Equipado con una exclusiva esfera esqueleto. Cronógrafo diseñado con cristal de zafiro azul fumé translúcido. Este reloj único en su género es una auténtica belleza. Es una interpretación moderna de un clásico atemporal. El reloj cuenta con tres funciones esenciales para cualquier piloto de carreras en acción: un cronógrafo flyback, una escala taquimétrica y un pulsómetro, que permite determinar la frecuencia cardiaca por minuto. El reloj no es solo una máquina del tiempo; es un bólido para su muñeca. Un imprescindible para pilotos y entusiastas de las carreras: el reloj es emocionante, majestuoso y desprende una velocidad de élite.

¿Recuerda la historia de aquel joven piloto de carreras que celebró su victoria con un TAG Heuer Monza? Pues bien, para conmemorar su amor por este reloj, TAG Heuer ha regalado a Christian Horner el nuevo TAG Heuer Monza Calibre Heuer 02 COSC Flyback. La forma perfecta de cerrar la historia de aquel joven director de escudería, ¿no cree?

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