CUENTOS El tiempo es elástico: cómo recuperar el control del reloj
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A medida que muchos lugares del mundo comienzan a salir de la crisis ocasionada por la pandemia, muchos nos quedamos con la inquietante sensación de que el tiempo parece haberse evaporado a una velocidad sorprendente. Lo más extraño de este año es que, cuando se nos dijo por primera vez que nos enfrentaríamos a meses de posible aburrimiento y confinamiento, podríamos haber previsto que el tiempo pasaría más despacio que nunca. No obstante, en retrospectiva, parece que todos esos meses pasaron en un instante. ¿Por qué?
Aunque quizá sea demasiado pronto para que se haya investigado a fondo este fenómeno, si examinamos detenidamente algunos aspectos de la psicología del tiempo y la percepción podemos apreciar varias razones por las que podría ser así. Nuestra experiencia bien podría habernos proporcionado un contraste significativo desde el que entender nuestra relación con el tiempo con mayor profundidad, e incluso mejorarla. ¿Quién no querría mirar atrás en 2022 con una perspectiva diferente, con la sensación de que hemos tenido más tiempo que nunca?
¿Cómo hacer que el tiempo vuele (o se ralentice)? Dé la bienvenida a lo nuevo
Calculamos el paso del tiempo de dos maneras: prospectivamente (¿a qué velocidad pasa el tiempo en el presente?) y retrospectivamente (¿a qué velocidad pasó la semana o el año pasado?). Pensemos en el caso del confinamiento. La confusa sucesión de días idénticos impide crear nuevos recuerdos, que son cruciales para nuestro sentido de la percepción del tiempo.
Los recuerdos nos permiten juzgar el tiempo transcurrido. Una semana de vacaciones en un lugar nuevo, repleta de experiencias desconocidas, hace que el tiempo se acelere en el momento. Sin embargo, al volver a casa todos esos nuevos recuerdos pueden hacer que parezca que hemos estado fuera mucho más de una semana. Por el contrario, cuando estamos confinados en casa o en cualquier entorno estático, aunque los días parezcan pasar lentamente mientras los vivimos, en una semana cualquiera habremos creado menos recuerdos nuevos de lo habitual. Mirando hacia atrás, el tiempo parecerá haber desaparecido o haberse contraído.
¿Cómo evitar la sensación de que el tiempo ha pasado volando? Busque nuevas experiencias. Realizar actividades emocionantes, descubrir un lugar o conocer gente nueva agudiza los sentidos y genera nuevos recuerdos. Aunque el tiempo puede volar en ese instante (cuanto más divertido, mejor), nuestra percepción en retrospectiva lo dilatará. Incluso un ligero cambio de ruta puede marcar la diferencia. Uno nuevo trayecto para ir al trabajo, un cambio de escenario, de cocina, de temas de conversación… Estas modificaciones pueden ser la clave para alterar nuestro reloj mental.
¿Cómo ganar tiempo? Cambie su mentalidad
La mayoría de nosotros tiende a pensar que el tiempo es lineal y absoluto, y que se acaba constantemente, pero ¿es esto cierto? ¿Cómo podemos modificar nuestra percepción para sentirnos mejor ante el paso del tiempo? Aunque los neurocientíficos no han podido localizar un solo componente del cerebro que sea responsable de detectar el paso del tiempo, los humanos son sorprendentemente buenos en ello. Por esta razón, la mayoría de nosotros diría que el funcionamiento del tiempo es bastante obvio. Transcurre a un ritmo constante y mensurable en una dirección específica: del pasado al futuro.
Pero la física aporta otra versión. Por mucho que el tiempo parezca fluir en una sola dirección, algunos científicos discrepan. En el siglo pasado, los descubrimientos de Albert Einstein rompieron nuestros esquemas. Einstein nos mostró que el tiempo es creado por las cosas, y que varía de un lugar a otro del universo. Probó que es relativo, y que se ralentiza si un objeto se mueve deprisa.
Los acontecimientos no se producen en un orden determinado. No existe un único presente universal, en el sentido que le daría la física newtoniana. El tiempo no siempre se divide en pasado, presente y futuro. Algunas ecuaciones físicas funcionan en ambos sentidos.
Esto significa que la experiencia humana del tiempo es creada de forma activa por nuestra mente, y diversos factores intervienen en la elaboración de nuestra percepción: la memoria, la concentración, la emoción y la sensación que tenemos de que el tiempo está de alguna manera ubicado en el espacio.
Nuestras percepciones no siguen el ritmo de la ciencia, y solo podemos crear nuestra experiencia cotidiana del mundo a través de los sentidos. Aunque no podamos modificar nuestra percepción inherente del tiempo, quizá podamos cambiar la forma en que pensamos en él para sentirnos mejor con respecto a su transcurso y a nosotros mismos.
En nuestra cultura, occidental, alfabetizada, industrializada y desarrollada, podemos tender a percibir una falta de tiempo. Parece que no dispongamos de suficientes horas al día para hacer lo que queremos o cumplir nuestros plazos, por lo que podemos ir de un lado para otro como encerrados en un laberinto. La presión del tiempo nos hace caminar y conducir más deprisa, afecta a nuestro rendimiento e incrementa el estrés laboral. No es de extrañar que la idea de vivir en el presente y experimentar una sensación de atemporalidad se haya hecho tan popular.
¿Cómo podemos modificar nuestra actitud mental ante el tiempo? Podríamos empezar simplemente por modificar las palabras que utilizamos en nuestros propios pensamientos. Imagínese que amplía una fotografía digital: está viendo la misma imagen, la misma información contenida en miles de pequeños píxeles; pero ver una parte de cerca con gran detalle puede hacer que toda la imagen parezca inmensa.
La programación neurolingüística es un enfoque psicológico utilizado por atletas, actores, empresarios y biohackers. Sus principios sugieren que podemos cambiar nuestra percepción de una realidad determinada modificando los pensamientos constantes que tenemos sobre ella. Los continuos pensamientos sobre la falta de tiempo empañan nuestro estado emocional. Examine las palabras o pensamientos que asocia habitualmente con el tiempo. Si suele pensar que llega tarde, tiene que darse prisa, necesita más tiempo o el tiempo se le acaba, puede empezar a sentirse atrapado, controlado y limitado.
Intente pensar activamente (o, dicho de otro modo, realizar afirmaciones) que dispone de mucho tiempo, puede tomarse el que necesite, no tiene prisa y es dueño de su tiempo.Estas afirmaciones pueden resultar incómodas y forzadas al principio, pero esa es la magia de la PNL: cuanto más las repita, más familiares le resultarán. Como ocurre con el desarrollo de un músculo o la adquisición de un hábito, se hacen más fuertes y naturales hasta convertirse en el programa que ejecuta la mente por defecto.
¿Cómo lograr que el tiempo se detenga? Busque el asombro
La terapia puede ser increíble. Increíble en el sentido original de que causa una sensación de asombro. Las experiencias que nos llenan de asombro pueden incluso mejorar nuestra salud mental y convertirnos en mejores personas, según afirman los psicólogos. Los hallazgos plantean la posibilidad de aplicar una terapia del asombro.
El asombro es la emoción que sentimos al descubrir algo tan vasto y abrumador que altera nuestra perspectiva mental. Algunos ejemplos pueden ser una vista impresionante del Gran Cañón, contemplar la belleza etérea de la aurora boreal o perderse en un deslumbrante despliegue de estrellas en un oscuro cielo despejado. La nueva investigación descubrió que, al fijar la mente en el momento presente, el asombro parece ralentizar el tiempo.
Un estudio dirigido por la Universidad de Edimburgo ha arrojado nueva luz sobre los mecanismos biológicos que impulsan el proceso, conocido como memoria flash. La investigación realizada con ratones revela cómo las experiencias que captan la atención activan una zona específica del cerebro que luego libera sustancias químicas que potencian la memoria, como la dopamina. ¿El resultado? Nuestro cerebro se pausa, y no solo se detiene el tiempo, sino que la memoria se conforma mejor y al retrotraernos a un instante, día o año pasado lo percibimos (subjetivamente) más prolongado.
¿Cómo conseguir que el instante perdure? Sostenga la mirada
El contacto visual desempeña un papel crucial en las interacciones sociales. Sostener la mirada muestra que estamos comprometidos, interesados y atentos a quienes nos rodean. ¿Por qué solo mantenemos el contacto visual durante breves periodos de tiempo? Una de las hipótesis es que el contacto visual prolongado (es decir, más de 5 segundos) provoca un mayor grado de excitación.
Un estudio investigó si el contacto visual prolongado podía distorsionar nuestra percepción del tiempo: dos participantes calcularon cuándo había pasado un minuto mientras estaban sentados uno al lado del otro y mantenían tres posturas diferentes: mirando a la pared, mirando el perfil de su compañero o manteniendo el contacto visual con su pareja.
Los participantes hicieron estimaciones de tiempo mucho más prolongadas cuando establecieron contacto visual, a diferencia de cuando miraron a otra persona o simplemente se sentaron junto a ella.
¿Conclusión? El contacto visual prolongado ralentiza el tiempo. Aunque no es recomendable mirar fijamente a los ojos a un desconocido en el metro, se puede prolongar un instante con parejas, amigos o incluso mascotas mirándolos (esperamos que con cariño) a los ojos.
¿Cómo controlar el tiempo? El principio KISS, basado en la sencillez
Si toda esta psicología le resulta demasiado compleja (o si cree que no dispone de suficiente tiempo para aplicarla), le recomendamos que descubra estos románticos atajos del autor Matt Haig: Cómo detener el tiempo: bese. Cómo viajar en el tiempo: lea. Cómo escapar del tiempo: escuche música. Cómo sentir el tiempo: escriba. Cómo soltar el tiempo: respire.