SAVOIR-FAIRE Collected, Vol. 1, segunda parte

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Vea a los cazadores de relojes Eric Wind y Nick Biebuyck hablar de los campos de fuerza de la muñeca y de la peligrosa "fase romántica"

Esta es la segunda parte de nuestra entrevista con los coleccionistas Eric Wind y Nick Biebuyck.

¿Se perdió la primera parte? Consulte las presentaciones, adquisiciones y relojes especializados únicos.

TAG Heuer: En vuestra opinión, ¿qué es lo que aporta valor a un reloj? ¿Sus movimientos internos? ¿Su exclusividad? ¿Las condiciones en las que se encuentra? ¿Su historia? Obviamente es la combinación de todos estos factores, pero ¿cuál es el más importante para ustedes?

Eric Wind: Empiezo con esta pregunta. Lo primero de todo es la originalidad y las condiciones en las que se encuentra. El grado de originalidad y autenticidad de un reloj es muy importante. Por ejemplo, yo soy un fanático de las líneas depuradas y atrevidas propias de las cajas puras…

Nick: Eric y yo hemos tenido muchas conversaciones al respecto: las condiciones en las que se encuentra un reloj suponen una parte muy importante del trato. ¿Es lo mismo tener un ejemplar medio de un reloj que tener un gran ejemplar del mismo? Puede que sean cosas diferentes, pero todo depende del apego emocional que sintamos. Encontrar un auténtico reloj sin restaurar es una de las primeras cosas de la lista.

Eric: Además de la procedencia, por supuesto… Con un poco de suerte, podría haber una historia interesante o un trasfondo claro sobre la persona a la que perteneció. Y es que no todos los relojes fueron propiedad de un campeón de Fórmula 1…

Yacht Timer Ref 33.512 de la colección personal de Eric

TAG Heuer: Aunque eso último ayuda bastante… Me gustaría plantearles una pregunta ya que obviamente están inmersos en el mundo de los coleccionistas. ¿Dirían que, en general, hay una cierta competitividad sana? ¿O es normal encontrar celos y envidia? ¿Se sienten molestos cuando el reloj que desean acaba en otras manos?

Nick: ¡Ah! Yo nunca llego a ese extremo. Para mí, tener o no un reloj no es más que una pequeña parte de la experiencia al final del día. Con los coleccionistas acabas descubriendo que a cada uno le gustan cosas diferentes. Algunos se emocionan por la caza del reloj o por la búsqueda, mientras que otros lo hacen por el conocimiento y el aspecto social de conocer a todas esas personas. Algunos disfrutan del aspecto transaccional, la especulación. Otros disfrutan verdaderamente la adquisición y solo quieren tener un buen reloj para ponerse. Pero más que nada, une a la gente. Puede que haya un momento de frustración porque no consiguió hacerse con el reloj, pero mientras acabe en las manos de alguien que lo trate con respeto y lo conserve con sus documentos, no hay ningún problema.

TAG Heuer: Existe una especie de sentido de custodia y tutela…

Eric: Exacto. Además, tengo que reconocer que, en cuanto a unir a la gente, la comunidad de coleccionistas de relojes Heuer es increíblemente acogedora y familiar. En 2013, asistí a una cumbre de coleccionistas de relojes Heuer con mi mujer. Fue una de sus primeras experiencias en el mundo de los relojes y seguimos acordándonos con cariño. A estas alturas, ya ha conocido a muchas comunidades de coleccionistas por mi trabajo. Pero sigue diciendo que los coleccionistas de relojes Heuer son los más simpáticos.

TAG Heuer: ¡Nos alegramos de escuchar eso! Por si hubiese algún aspirante a coleccionista leyéndonos, ¿por dónde se empieza? ¿Cuándo se pasa de ser una persona con relojes a un coleccionista?

Nick: En mi opinión, si una persona tiene más de un reloj, es un coleccionista tanto si lo reconoce como si no. Pero, ¿y cuando hablamos de un coleccionista erudito? Son esas ocasiones en las que uno mira su reloj y son las 2 de la mañana, pero sigue leyendo publicaciones en foros sobre detalles minúsculos o encargando libros de la otra parte del planeta por cientos de euros para alimentar su pasión. Llegados a ese punto, probablemente esté ya bastante dentro del mundo de los coleccionistas…

 

Autavia 1163 de la colección personal de Nick

TAG Heuer: Buena descripción.

Eric: Creo que cuando uno empieza a investigar de verdad puede encontrar variantes de su propio reloj, pensar en la próxima adquisición y buscar información al respecto. En ese momento, se convierte en un coleccionista. Para mí, es más importante buscar información e investigar que adquirir un reloj sin pensar.

TAG Heuer: Entonces ¿su consejo para alguien que quiera empezar una colección sería ese? Investigar bien antes de hacer sus primeras adquisiciones…

Eric: Tiene que averiguar lo que le gusta y lo que le llama la atención. Siempre recomiendo ir pasito a pasito.

Nick: Estoy de acuerdo. A la hora de coleccionar relojes, es normal cometer errores en algún momento, es solo cuestión de ver lo caro que resulta cada error. Cuando se cometen errores de un par de cientos de euros, no está mal. Pero, ¿y cuándo se tienen amigos que han cometido errores de cientos de miles de euros? Por eso ir pasito a pasito es lo mejor para empezar.

TAG Heuer: Ambos tienen hijos, ¿son conscientes de si la pasión que tienen por los relojes se transmitirá a las próximas generaciones? ¿Cómo creen que ocurrirá?

Nick: Yo ya tengo fotos de mi hijo con dos años hojeando catálogos de subastas y señalando lo que le gustaba y lo que no. Vivimos en Hong Kong, donde hay tiendas de relojes por todas partes, y siempre para y nos señala algún reloj. Incluso reconoce los logotipos de las marcas cuando vamos por calle. Y, por supuesto, todo por repetición. No es que me siente con él y le pregunte los números de referencia o cuáles son las diferentes complicaciones…

Blackbird Watch Manual Vol.1, por Nick Biebuyck

TAG Heuer: Aquí puede hablar con toda libertad…

Nick: [ríe] Me parece bastante curioso. Se trata de objetos mecánicos que fundamentalmente son fríos trozos de metal, pero que sirven como un gran vehículo para compartir y comunicar.

Eric: A mi hijo Charlie también le encantan. Echamos un vistazo a los libros y él me señala los relojes que le gustan y los que no. Me hace bastante gracia. Le encanta lo ostentoso. Los brazaletes de oro y los diamantes.

TAG Heuer: ¿Cuántos años tiene Charlie?

Eric: Tiene 6 años. Le llaman mucho la atención los relojes de oro. Además, siempre tienen que incluir un brazalete de oro. Me resulta bastante divertido porque no es para nada mi estilo. Pero tiene mi respeto y mi apoyo. Mi hija Lena también empieza a interesarse por el mundo de los relojes. Creo que es ella tiene más puntos que Charlie para convertirse en amante de los relojes. Me doy cuenta solo con ver cómo se pone un reloj y lo lleva con orgullo. Charlie puede ponerse un reloj durante 10 minutos, pero después se lo quita porque no le gusta como le queda en la muñeca.

TAG Heuer: A menos que sea de oro.

Eric: Exacto. Pero Lena no se los quita en horas y se enorgullece al enseñarme cómo le quedan. Es una monada.

TAG Heuer: Si sus hijos crecen y siguen teniendo un gran interés por el mundo de los relojes, ¿qué obra trascendental sobre el tema les recomendaríais? ¿Tienen algún libro favorito de relojes para principiantes?

Nick: Creo que el mejor resumen sería el libro Watches, publicado por el especialista británico Alex Barter. También recomendaría The Watch, por Stephen Corporan y Gene Stone.

Eric: Para mí, en el ámbito de Heuer destaca The Times of My Life, por Jack Heuer. ¿Pero cuál sería el mejor libro en general? Como dije antes, primero es necesario averiguar lo que nos interesa. Una vez hecho esto, se pueden encontrar textos increíbles sobre cualquier marca o modelo que exista.

The Watch, escrito por Alexander Barter

TAG Heuer: Si lo prefieren, pueden mantenerlo en secreto pero, ¿cuántos relojes tienen en la actualidad?

Nick: Me aplico la regla de que cuando sobrepasas la veintena de relojes no tiene sentido seguir contando. A veces sueño con tener solo dieciséis relojes y creo que sucederá a su debido momento, pero aún estoy bastante lejos.

TAG Heuer: ¿Y cómo consideran su relación con los relojes en términos prácticos? ¿Suelen ponérselos? ¿Suelen llevarse sus relojes de viaje? ¿Hay algún reloj que nunca se pongan?

Eric: Yo creo que me pondría prácticamente cualquier reloj de mi colección. Si no es así, debería venderlo. Para mí, se trata de un punto clave. No tengo ningún reloj que cuide tanto como para no usarlo. Compré un reloj sin utilizar que había sido almacenado durante mucho tiempo con su embalaje original, pero que no me gustaba ponerme. Y un día dije, voy a ponérmelo con cuidado y a disfrutarlo. Aunque sea solo un par de veces al año. Cuando hice eso, me resultó mucho más fácil conservarlo conmigo, ya que me frustraba bastante sentarme a observar el reloj y no ponérmelo.

TAG Heuer: Con un reloj así, ¿siente una especie de campo de fuerza en su muñeca?

Eric: Sí, y la verdad es que voy con especial cuidado. Seguramente quiera ponerme manga larga con un reloj así… TAG Heuer: ¿Y usted, Nick?

Nick: Estoy firmemente convencido de que los relojes están hechos para que nos los pongamos y los coches para conducirlos. Así que soy partidario de que si no se pone un reloj, no tiene mucho sentido seguir con él. Por suerte, he logrado transmitir esta idea a un gran número de coleccionistas con los que he trabajado regularmente, y muchos me han dejado piezas realmente absurdas para llevar durante un rato, y es que la experiencia de llevar un reloj durante una hora es muy diferente a la de llevarlo puesto habitualmente. Puede hacerse una idea al llevar un reloj durante unas horas, pero es posible que esa idea cambie al llevarlo durante días o semanas. La percepción que tenemos de un reloj puede cambiar por completo.

TAG Heuer: Nos parece muy interesante esa diferencia entre llevar un reloj durante dos horas y llevarlo durante dos semanas. ¿Cree que es porque el reloj adquiere un carácter emotivo o simplemente se debe a la rutina de llevarlo? ¿Por qué cree que la experiencia es tan diferente?

Nick: Es como lo que Eric ha comentado sobre su reloj original sin utilizar. Por lo general, al principio siempre se tiene mucho cuidado con el reloj que uno lleva puesto. Esto afecta a la forma en que nos cruzamos de brazos, pasamos por las puertas e incluso llevamos las mangas… Pero al cabo de algunos días, empezamos a entender el espacio que ocupa el reloj en relación con nuestro cuerpo. Es como conducir un coche nuevo. La primera vez que nos ponemos al volante, es muy difícil aparcarlo porque no estamos seguros de sus dimensiones. Lo mismo se aplica a un reloj. Al principio, uno no sabe dónde establecer los límites con su reloj. Pero una vez que los acepta, puede llevarlo de forma despreocupada.

Carrera 1153 de la colección personal de Nick

TAG Heuer: Supongo que se convierte en una parte más de su cuerpo. En vez de ser una extremidad adicional poco manejable…

Nick: Exacto, eso es. Uno puede sentir un reloj como una parte de su ser tras un período de tiempo, pero tiene que superar esa primera barrera, ya sabe. No me avergüenza reconocer que, por lo general, esto implica algunos arañazos en el reloj. A veces uno tiene que darle un golpe con el borde del escritorio o lo que haga falta. Pero tras la primera vez, uno se da cuenta de que no pasa nada. Ya está hecho.

TAG Heuer: En ese momento, el reloj y su portador son uno.

Nick: Exactamente. Y a veces nos hacemos daño el uno al otro. A nivel económico y cosmético. Pero no pasa nada.

TAG Heuer: ¿Alguna vez han adquirido un reloj para alguien pero han sido incapaces de separarse de él?

Eric: Cada vez que compro un buen reloj, paso por período de un par de horas en el que quiero quedármelo. Christine, mi mujer, siempre bromea con si estoy pasando por una “fase romántica”.

Nick: Creo que ambos somos muy afortunados por poder salir a la búsqueda de relojes con otras personas. La emoción de la caza es muy divertida. La búsqueda, la investigación… Analizar el mercado, conocer a los principales competidores para una referencia o campo en particular. También hay que realizar un seguimiento de los equipos de pilotos. Menos mal que tengo amigos que confían en mí para ayudarles en su viaje, de otra manera sería muy difícil seguir el ritmo.

TAG Heuer: ¿Creen que, con el paso de los años, han adquirido esa especie de habilidades detectivescas que les permitirían resolver crímenes y cosas así? En parte lo comentamos de broma, pero sí que hay mucho trabajo de detective de por medio.

Nick: Los archivos de Getty Images han demostrado ser muy valiosos para encontrar relojes y confirmar su procedencia. Incluso para identificar una versión de bisel específica o la esfera que lleva equipada. Esta clase de descubrimientos es totalmente gratificante.

Eric: Sí, totalmente. No estoy seguro de si podemos aplicar estas habilidades para resolver crímenes todavía, pero son increíblemente fascinantes. Realizamos descubrimientos y montamos las piezas de los puzles… Un par de veces al año, paso varias noches sin poder dormir porque tengo un reloj impresionante de camino y no puedo esperar para verlo. Compruebo sin cesar el seguimiento del envío en FedEx para ver cuándo llega y no dejo de investigar hasta que lo tengo en mis manos. Es una sensación increíble.

TAG Heuer: Hablando de novedades, ¿cuál será la siguiente? ¿Están buscando algún reloj específico para sus colecciones personales en este momento?

Eric: Creo que siempre estoy en modo cazador de relojes. Como distribuidor y como coleccionista. Pienso constantemente en cuál será el siguiente reloj.

TAG Heuer: Como arco argumental para esta entrevista, nos encantaría que ambos revelasen que persiguen el mismo reloj de forma simultánea…

Nick: ¿Y embarcarnos en una carrera al estilo Indiana Jones por todo el mundo? ¡Puede ser! Ambos estamos intentando hacernos con uno de los relojes McQueen 1133B que aún no ha salido al mercado. Así que yo que usted me prepararía, Eric…

Estos dos expertos nos deleitaron con su gusto por la caza de relojes y con una visión sobre la enorme maestría necesaria para descubrir los más insólitos y refinados tesoros de la relojería. Terminamos nuestra conversación con nuevos motivos para admirar a los cazadores de relojes, a los detectives, a los románticos y a los exploradores: ¡nos quitamos el sombrero (pero no el reloj) por los coleccionistas!