ESTILO DE VIDA GEORGE, EL CURIOSO: George Bamford, sin filtros.

12 min

Hablamos sobre paseos ecuestres, televisores rotos y ritmo vs. precisión con el rey del lujo personalizado.

George Bamford está sentado sobre una catedral blanca mate con un cuarteto de cámaras apuntándole. Solía ser al revés: era un destacado fotógrafo de moda, un protegido de nada menos que David Bailey. Sin embargo, ahora las cámaras lo enfocan. Y, aún más importante, al reloj en su muñeca.

Le observo desde el altillo de la sala verde ubicada en Iris, su estudio de fotografía con forma de catedral en una caballeriza empedrada detrás de una regia calle de West London. Si no supiera dónde mirar, puede que nunca lo encontrara, pero su búsqueda vale la pena, y el reloj de su muñeca -un Aquaracer reinterpretado en un negro ahumado y un vitaminado naranja- vale la espera.

Tras la sesión fotográfica, alejamos al Sr. Bamford de los focos para una conversación en la trastienda: “¿Necesito mis notas?”, pregunta. Pero le decimos que no habrá trampas hoy, iremos directos a lo más interesante.

The Edge:  ¿le gusta que lo enfoquen las cámaras?

Bamford: ¡No, lo odio! [se ríe] La razón por la que era fotógrafo es porque me gusta estar detrás de la cámara, no delante. Aunque lo de hoy ha sido extraordinario.

Hay un entusiasmo que surge de su chaqueta bomber de marca. Es serio, pero no tanto, solo en su justa medida. Lleva un pañuelo azul, lo único que le cubre la cara, y cuenta, como consejo, que es lo único que no empaña las gafas. Cuando pasamos por una mesa repleta de aperitivos, nos recomienda los brownies de chocolate. Afirma que son increíbles.

 

The Edge: No vamos a profundizar en la colaboración, pero para los lectores que no conozcan la historia completa, ¿podría resumir el reloj en tres palabras?

Bamford: Buena pregunta… 

The Edge: ¡No malgaste sus palabras!

Bamford: Vale, vale. Moderno, herramienta, reloj.

The Edge: Ya que hablamos de él… Es un reloj resistente bajo el agua, ¿a qué profundidad ha llegado haciendo submarinismo? ¿O se siente más identificado con Ícaro y vuela cerca del sol? 

Bamford: Submarinismo, sin duda. Me encanta la libertad que aporta, la manera en la que sientes que flotas en el espacio. ¿Cuán profundo he llegado? He ido hasta tal profundidad que solo podía aguantar allí unos 2 o 3 minutos. Fue cuando estaba intentando registrar todo, desde inmersiones nocturnas, hasta inmersiones en naufragios o con tiburones. Era un adicto al submarinismo, las combinaciones especiales de oxígeno y todo eso. Sin embargo, hace un tiempo que no buceo porque tuve tres accidentes durante inmersiones con escafandra autónoma. 

The Edge: ¿Una especie de Ícaro submarino entonces?

Bamford: Exacto. Quizás me presioné demasiado. Ahora he bajado el ritmo.

The Edge:¿Se considera un hombre deportista?

Bamford:Sí. Pero, actualmente, me centro más en actividades como correr, el ciclismo o la escalada. No deportes de equipo. Solía ser parte de grandes grupos de personas, ahora prefiero un máximo de dos o tres personas.

The Edge:  ¿Conduce rápido?

Bamford: Oh, sí.

The Edge: Adelante, ¿cuál es la velocidad media en su salpicadero?

Bamford: Bueno, oficialmente, la velocidad media es exactamente igual a la que marca el límite de velocidad, por supuesto.

The Edge: Pero en un lugar seguro, ¿cuál diría que es?

Bamford: Si estoy en una pista de carreras, voy tan rápido como humanamente puedo. Siempre estás compitiendo con alguien cuando estás en una pista, por lo que tienes que tomártelo en serio.

The Edge: Sus creaciones son conocidas por la imaginación y reinvención. Esto debe conllevar cierta presión para mantener su originalidad. A demás de existir una presión en el emprendimiento, en general. ¿Disfruta de esa presión?

Bamford: ¿Honestamente? Sí. Tengo una cita de Winston Churchill en la pared de mi oficina: “El éxito no es definitivo. El fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar”.Para mí, lo que cuenta es levantarme todos los días y preguntarme: “¿estás disfrutando de este día? ¿Me voy a levantar y solo dejar que pase?”. Cuando eres fotógrafo, eres tan bueno como tu última obra. Lo mismo con los relojes. Soy tan bueno como el último de los relojes que he creado. Pero es algo bueno, hace que cada día sea diferente.

The Edge: ¿Y nunca le preocupa que esta tipo de fuerza o energía creativa desaparezca de algún modo? 

Bamford: ¡La inspiración cambia! Solo tienes que jugar con ella. Disfrutarla. Actualmente, nadie viaja, así que mi inspiración proviene de diferentes sitios: libros, televisión, redes sociales, conversaciones y cosas que están más aisladas. Me ha dado toda una lista de cosas que quiero hacer. Cuando todo esto pase, quiero coger este reloj e ir a Lalibela. Cuenta con las iglesias más, pero que más hermosas de Etiopía. Están construidas en colinas y acantilados, talladas en la tierra, su belleza es increíble. Tengo que ir allí. No sé por qué. Me atraen sus colores, su todo. Quiero ir y escalar. He visto fotografías y ahora solo pienso en verlo por mí mismo.

The Edge: Así que el confinamiento le ha servido como período de búsqueda. ¡Un fantástico uso del tiempo!

Bamford: ¿Y qué prefiere? ¿Salir del confinamiento como un Thor sedentario y barrigudo o como un Thor muy en forma? Yo sé qué escogería…

The Edge: Y ahora hablemos de caprichos, ¿tiene alguno? Navidad se acerca y, quizás, haya algo en la lista de un hombre que tiene muchas cosas.

Bamford: Este reloj. Siendo sincero, si tuviera que escoger un regalo, sería este. Lo he creado como si fuera mi artículo perfecto. Aparte de eso, sería el capricho de pasar tiempo con mi familia. Estar con ellos. Cocinar con ellos.

The Edge: ¿Cuál es su plato estrella?

Bamford: Mis hijos dirían que la boloñesa. Mi mujer diría que el pan de Marmite.

The Edge: ¿Pan de Marmite? ¿El que está como enhebrado? Un poco jaspeado.

Bamford: Exacto. Sin embargo, mi verdadero plato estrella son los raviolis caseros con un poco de huevo.

The Edge: ¿Una yema en cada uno? ¿Y qué salsa lo acompaña, salvia y mantequilla?

Bamford: Algo parecido, porque como tiene que destacarlo, prefiero algo sencillo. Unos tomates frescos cortados.

The Edge: Como puede ver, estamos hambrientos. Nos encantaría que nos contara más sobre esos raviolis. Sin embargo, volvamos a lo que estábamos. El lema de su familia es “Jamais content”.

Bamford: Sí, “Nunca contento”. O busca siempre algo mejor.

The Edge: Con respecto a eso, le queremos preguntar: ¿qué se siente al vivir dentro de su cabeza? ¿Ve el mundo lleno de objetos que pueden mejorarse? ¿Es una especie de visión nocturna? 

Bamford: Tengo amigos que dicen, refiriéndose a la música que escucho entre otras cosas, que vivir dentro de mi cerebro tiene que ser una locura. Pero diría que no, que no lo es. No soy de los que necesita cambiarlo todo, pero puedo observar algo y pensar “oh, Dios mío, quiero hacerlo de esta otra manera”. Me guio por mis instintos. Sin embargo, en realidad, con lo que soy más exigente es conmigo mismo.

The Edge: ¿Qué es para usted, en cuanto a objetos de diseño, ya perfecto? Algo así como Bamfordista.

Bamford: Es una buena pregunta. Si fuera un extraterrestre mirando la Tierra, pensaría en los humanos y en lo perfectos que son. Somos extraordinarias piezas de diseño. Para el frontal de un reloj, soy un gran amante del Heuer Skipper. ¿Cómo es posible algo más perfecto que eso?

The Edge: Totalmente de acuerdo. Es un reloj magnífico. ¿Qué es lo más extraño que colecciona?

Bamford: ¿Lo más extraño? Mmm… Cronómetros antiguos, aunque es algo bastante común, supongo. Encargo estuches para cada uno y los coloco en la pared de mi oficina…

Saca su móvil para mostrarnos. Los cronómetros mostrados, la mayoría antiguos Heuer, son extraordinarios.

The Edge: Hay algo de ellos que hace pensar en discos de platino en miniatura…

Bamford: Exacto. Brillan de la forma correcta. Ah, ¡y vodka! Mi otra colección extraña. Cuando bebía ocasionalmente, coleccionaba vodka ruso antiguo, de antes de la guerra. Tenía que se de antes de la guerra. Porque existen diferentes sabores, ¿sabe?

The Edge: ¿Cuál es su profesión en una vida paralela? La que debería, podría, sería.

Bamford: No me arrepiento de nada.

The Edge: Mic drop. 

Bamford: Sinceramente, creo que los fracasos y los éxitos que he tenido me han llevado a donde estoy hoy en día.

The Edge:¿Así que no alberga un deseo secreto de ser un cantante de ópera o algo así?

Bamford: Me encantaría poder tocar el piano. De una manera completamente fluida, ¿sabe? Hay un hombre increíble que aprendió a tocar el piano en un año, durante su tiempo libre. ¡Con YouTube, sobre todo! Lo escuchas tocar y la única reacción es: ¡guau! ¿Cómo se supone que ha hecho eso? Es increíble.

The Edge: Hablando de las cosas que quiere hacer, pero aún no ha hecho. ¿Se siente bien? ¿Se siente inquieto, atormentado, emocionado?

Bamford: Constantemente inquieto. Todos los días me paro a pensar cómo podemos mejorar.

The Edge: ¿A qué hora se despierta?

Bamford: 5 am, por supuesto.

The Edge: Es un buen comienzo. ¿Cómo sabe cuándo parar?

Bamford: ¡En el ámbito laboral nunca paro! Pero cuando se trata de personalización, sigo mis instintos. Cuando estoy diseñando algo como este reloj, apuesto por todo. Recopilo todas las ideas, las pongo en la pared – bum, bum, bum, bum, bum. Y, después, comenzamos a reducir. Es realmente el perfeccionamiento de las ediciones. Editar, editar, editar. Hasta que se convierte en realidad.

The Edge: ¿Prefiere la recopilación o la edición?

Bamford: Para mí es el momento en el que digo “¡sí, así es perfecto!”, cuando consigo que sea algo que quisiera robar.

The Edge: “Robabilidad”.

Bamford: Esa es la clave de un buen reloj. Si quiero robarlo, si lo quiero en mi muñeca. Con este nuevo Aquaracer, por ejemplo, odio que el reloj esté en la planta baja. Odio que no esté en mi muñeca, de verdad que me incomoda.

The Edge: Cuando era niño, le gustaba desarmar cosas y volverlas a armar. ¿Hubo algo que no pudiera desarmar y volver a armar después?

Bamford: Hay muchísimas cosas que no pude volver a armar…

The Edge: ¿Con cuál se metió en el mayor de los líos?

Bamford: ¿Quizás la televisión de casa? Tenía ocho o nueve años.La hice pedazos.

The Edge: ¿No hubo descargas eléctricas durante el proceso?

Bamford: No, sabía casi todas esas cosas. Era una tele de tubo antigua.

The Edge: ¡Antes de YouTube, gente! Es por lo que recibió su nombre.

Bamford: Así es. Pero golpeé una parte e hice añicos la parte trasera de la televisión. Nos pasamos una temporada sin tele después de eso…

The Edge: Así que pagaste las consecuencias…

Bamford: ¡Y aún así no aprendo! Incluso durante el confinamiento, saqué el radiador del coche y lo puse de nuevo, y funciona. ¿Pero confío en él? Me gustaría una segunda opinión.

The Edge: Eso muestra un alto nivel de humildad…

Bamford: Sería más rápido en el desmontaje de un reloj que mis relojeros, y más rápido montándolo que ellos. Siendo sincero, no tengo su técnica… Pero en una carrera, teniendo en cuenta solo la velocidad, sigo siendo más rápido.

The Edge: Un poco de competición siempre es bueno… Lo que me lleva a esta revista. ¿Qué significa “The Edge” para usted?

Bamford: ¿Saben a lo que me recuerda? Cabalgar por Utah. Estoy a lomos de un caballo, en lo más alto de un precipicio, sin nada que me proteja, es increíble. Los precipicios son algo en lo que siempre pienso. La fina línea entre cordura y locura. Lo mismo que entre la vida y la muerte. Esquiar, submarinismo, siempre al límite. Es necesario estar al límite, justo al límite, presionándolo.

The Edge: Una vez dijo “la única manera de predecir el futuro es crearlo”…

Bamford: Es exactamente eso. Hay que impulsar el futuro, tienes que crearlo tú mismo. La suerte es una parte esencial, pero también tienes que crear la suerte. Hay que ser activo en la vida. De lo contrario, no encontrarás lo que andas buscando. No encontrarás pareja, no encontrarás un trabajo. Si te quedas en casa sin hacer nada, ¿qué se supone que estás haciendo? Estás perdiendo el tiempo.

The Edge: Un choque de codos por lo que acaba de decir. Vamos a ir terminando, pero antes, es un hombre que no ha participado en muchas entrevistas. ¿Hay alguna pregunta que le gustaría responder, pero que nunca le han hecho?

BAMFORD: Una pregunta que siempre le hago a los demás. Trata sobre los elementos principales que definen a una persona. Se han mencionado varios de mis mantas fundamentales, pero siempre le doy vueltas a esto. Cuál es la frase que define a una persona, qué hace que sean quienes son. Si me abrieran, por ejemplo, ¿qué encontrarían?

The Edge: Cogeré mi cuchillo…

Bamford: En este aspecto, tengo una nueva frase…

Mete la mano en su bolsillo y nos entrega una tarjeta. Una tarjeta de papel que pudiera ser un tipo diferente de tarjeta de visita personal, pero la verdadera tarjeta de visita del Sr. Bamford está hecha en metal, de un peso sólido y agradable que notaría en su bolsillo. Esta tarjeta tiene un objetivo distinto. Le damos la vuelta. “Si fuera la taza de té que todos tienen, sería un tazón”.

The Edge: Es maravilloso.

Bamford: Tengo un montón de tarjetas…

The Edge: ¿Todas con mensaje diferentes?

Bamford: Así es.

Nos entrega otra. Reza: “Es una locura”.

The Edge: Esto es increíble. Tiene una baraja completa de George Bamford…

Bamford: Desde siempre me ha gustado la idea de entregar algo a alguien que le hiciera sonreír. Hay palabras malsonantes, cosas graciosas, de todo. Pienso que, si puedes darle algo a alguien que no esperaba, haces que sea un momento inolvidable…

The Edge: Y qué mejor momento para terminar con esto, George. Ahora que le hemos liberado de una tarjeta, es libre de marchar. 

Bamford: ¡Un hombre libre por fin! Gracias. Os libero también. ¿Quieren venir y ver mis relojes antiguos?

Subimos a la planta de arriba. De un bolso de viaje de piel saca dos fundas de piel suave. Se abren revelando una colección, no toda su colección, claro, de relojes antiguos Heuer y TAG Heuer. Un curvilíneo Heuer Ferrari Chronosplit de acero satinado, Monacos, Carreras.

Bromeamos con que podría ser, como quien dice, un vendedor a domicilio. Aunque uno de gama alta. Pero no, estos no se separan del Sr. Bamford. No está seguro de lo que se pondrá este fin de semana, es un vestigio del honor de un explorador, y otra frase clara: “Hay que estar siempre preparado”.

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