Podcast Podcast, Temporada 4, Episodio 8: Kyle Chalmers

Le damos la bienvenida a la temporada 4 de The Edge, un podcast de TAG Heuer. Nuestro octavo invitado de esta temporada es el icono de la natación australiana Kyle Chalmers. En este episodio, Kyle rememora el momento en el que se colgó la medalla de oro en la prueba de los 200 metros estilo libre en los Juegos de la Mancomunidad de 2018. También hablamos de los momentos clave que lo han marcado, su capacidad para superar las adversidades y cómo afronta los momentos de gran tensión. Esto es The Edge, un podcast de TAG Heuer presentado por nuestra anfitriona Naomi Schiff. 

Para escuchar el podcast completo, escriba “The Edge TAG Heuer” en la barra de búsqueda de su aplicación de podcast:

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¿Nuestro objetivo? Convertirnos en la fuente de inspiración que necesita todos los meses para superar sus límites.

Aquí tiene algunos fragmentos para situarse en la línea de salida y hacer que la adrenalina se dispare. Pero no olvide suscribirse a nuestro Podcast para poder escuchar todo el episodio sin filtros más adelante. The Edge es una serie de conversaciones con personas extraordinarias que viven al límite de las posibilidades. Se trata de la fina línea entre formar parte de la victoria o transformarse en la victoria; va sobre lo que nos sitúa en nuestros límites y qué podemos hacer para superarlos.

Tuve la suerte de tener una piscina en mi casa. Con nueve años, era uno de los pocos niños que podía nadar 50 metros cómodamente en mi ciudad, por lo que me eligieron para representar a Port Lincoln en Adelaide. Cuando comencé a representar a Australia en los equipos júnior, empecé a tomarme la natación más en serio. Después conseguí entrar en el equipo absoluto, logré tener patrocinadores y empecé a hacer dinero con la natación, así que decidí tomármelo con mucha más dedicación y seriedad. Es un deporte que nunca soñé con practicar. No tenía ni idea de natación. Nunca la seguí. Simplemente me metí en ese mundo y resultó que se me daba muy bien. De modo que seguí adelante y me encantó. Disfruto nadando y teniendo éxito con la natación.

Estoy muy motivado y quiero dar lo mejor de mí mismo, eso es probablemente lo que me mantiene con ganas y hambre tras más de diez años en el equipo australiano. En cierto modo, esto afecta a mi estilo de vida fuera de la competición, ya que tengo que hacer todos los sacrificios en mi mano para alcanzar el éxito. Así que me pierdo acontecimientos familiares importantes, como los cumpleaños. Normalmente, estoy en el extranjero, por lo que no puedo celebrarlos con amigos o familiares. Por otra parte, la mayoría de mis fines de semana giran en torno a sentarme en el sofá, prepararme para la siguiente semana de entrenamiento y hacer algún tipo de recuperación. Con la edad, he tenido que dar más prioridad al sueño y a la recuperación que hace ocho años. Sin embargo, creo que el éxito, lo que he conseguido y las experiencias que he vivido hacen que todo merezca la pena.

Lo primero que hice fue mirar la tabla de clasificación para ver qué tiempo había conseguido y en qué posición había terminado. En cuanto me di cuenta, fue un orgullo enorme. Sentí que el trabajo duro había dado sus frutos, que me había esforzado día a día para lograr esa sensación exacta. Es muy difícil expresarlo con palabras, es indescriptible, a menos que hayas vivido realmente ese momento. No hay palabras para saber lo que se siente al ganar una carrera internacional y ser nombrado el mejor del mundo. Lo siguiente es mirar al público e intentar compartir el momento con la familia y los seres queridos, que están allí apoyándote y viéndote, y han estado presentes en ese proceso durante todo el camino. Y lo más gratificante es cuando subes al podio con el himno nacional y recibes la medalla, siento que todo eso me motiva cada día. Me siento increíblemente afortunado y muy motivado para seguir adelante.

Ya va faltando poco para los Juegos de la Mancomunidad. Se celebrarán en 2026, de nuevo en Glasgow (Escocia). Mi principal objetivo es revalidar los títulos que he ganado en los Juegos de la Mancomunidad. Creo que es un orgullo poder escuchar el himno nacional, oír al público cantándolo y saber que soy el número uno con la medalla de oro en el cuello. Me siento sumamente orgulloso. Y supongo que también un poco emocionado, porque es un momento en el que te planteas sobre todo el trabajo duro y el sacrificio que has hecho hasta llegar a ese punto. Y luego tienes que volver a estirar y repetir todo el proceso esa misma noche, como si te prepararas para la próxima carrera. Hasta que no pasan semanas, meses o incluso años, no puedes reflexionar plenamente sobre lo que acabas de conseguir. De hecho, hay que darse tiempo para disfrutar, enorgullecerse y darse cuenta de lo que acabas de conseguir.