DEPORTES Todo lo que necesita saber acerca de la Indy 500
7 min
La Indianapolis 500, también conocida como la Indy 500, es uno de los eventos más emblemáticos de la historia del automovilismo. Miles de aficionados acuden en masa al evento anual celebrado en la localidad de Speedway, cuyo nombre no podría ser más apropiado, en Indiana, EE.UU. Inaugurada en 1911, su nombre se debe a que se trata de una carrera de 500 millas, la distancia que puede recorrerse desde la mañana hasta la puesta de sol, antes de que la visibilidad empeore. Tradicionalmente celebrada durante el fin de semana del Día de los Caídos, la Indy 500 es, junto a Le Mans y al Gran Premio de Mónaco, parte de la Triple Corona. Y no se la conoce como el “mayor espectáculo del mundo del motor” por nada.
TAG Heuer es el cronometrador oficial de la Indy 500, cuya próxima edición tendrá lugar el domingo 28 de mayo de 2023.
Cómo empezó todo
La Indy 500 cuenta con una rica historia de más de un siglo de antigüedad. La carrera se ha convertido en un elemento esencial de la cultura estadounidense y en un evento fundamental del calendario del mundo del motor. La primera Indianapolis 500 tuvo lugar el 30 de mayo de 1911 y la superficie de la pista estaba hecha de piedra triturada y alquitrán, lo que daba como resultado un circuito irregular y traicionero. Los automóviles estaban limitados a un máximo de 4,5 litros de desplazamiento, lo que significa que no eran tan potentes como los coches de carreras de hoy en día. Pese a las condiciones adversas, los pilotos ofrecieron un espectáculo que cautivó a las masas.
Ray Harroun ganó la carrera inaugural al volante del Marmon Wasp, que lo llevó a vencer a otros 39 pilotos. La victoria de Harroun le otorgó un lugar en la historia del automovilismo y consolidó la Indianapolis 500 como un evento ineludible.
La evolución de los coches de la Indy 500
Los automóviles que corren la Indianapolis 500 han experimentado importantes cambios a lo largo de los años. Han ido evolucionando paralelamente con este deporte, comenzando por los primeros coches cuadrados de la década de 1920, hasta llegar a los elegantes bólidos de tecnología punta que participan en la actualidad. Uno de los cambios más significativos de la Indianapolis 500 se produjo en 1965, cuando la organización de la carrera exigió que todos los coches incluyesen jaulas de seguridad. Esta medida de seguridad ayudó a proteger a los pilotos en caso de colisión y, desde entonces, se ha ido reemplazando por otras medidas más avanzadas y seguras, como el dispositivo HANS.
Los coches de hoy en día pueden alcanzar unas velocidades de 230 mph (unos 370 km/h) e incorporan tecnologías avanzadas para ayudar a los pilotos a recorrer la pista. Desde diseños aerodinámicos hasta cadenas cinemáticas híbridas, los automóviles que corren en la Indianapolis 500 son algunas de las máquinas más avanzadas del planeta.
El circuito
El circuito Indianapolis Motor Speedway es la pieza central de la carrera Indianapolis 500. La pista es una enorme instalación que abarca 250 acres y puede acoger hasta 257 000 espectadores. La superficie del circuito, que consiste en cuatro curvas diferentes y dos rectas, es de asfalto. El diseño de la pista del Indianapolis Motor Speedway es único en el mundo del automovilismo, ya que las cuatro curvas presentan un peralte diferente y, entre ellas, la cuarta es la que se encuentra más elevada.
El beso a los ladrillos
Poco después de que se creara el Speedway en 1909, se pavimentó con 3,2 millones de ladrillos, con un peso de unos 4,3 kilos cada uno. Esto mejoró la superficie original de roca triturada y alquitrán. En los años sucesivos, se fue añadiendo asfalto gradualmente a las secciones más duras de la pista, llegando a pavimentar todas las curvas con asfalto en 1937.
Finalmente, en 1938, se completó el asfaltado de toda la pista, con excepción de la sección central de la recta frontal. En 1961, esta sección sería asfaltada, dejando solo una franja de unos 91 cm de los ladrillos originales intacto justo en la línea de salida. A esta famosa franja, que aún se conserva, se la conoce como “Yard of bricks” (patio de ladrillos). Esta tradición de “besar los ladrillos” la comenzó Dale Jarrett, campeón del NASCAR. Tras su victoria del 400 millas de Brickyard en 1996, Jarrett y el jefe de equipo Todd Parrott caminaron hacia la línea de salida, se arrodillaron y besaron el Yard of bricks como tributo teatral al Speedway. ¡El gesto fue capturado! El equipo completo se unió a ellos para besuquear en grupo los ladrillos. Así es como esta tradición nació, tradición que han seguido desde entonces rigurosamente ganadores tanto de la Indy 500 como de las 400 millas de Brickyard.
Los intrépidos y la leche
Vivir la Indianapolis 500 en persona es una experiencia inolvidable. Las celebraciones previas a la carrera de Indianapolis 500 son un espectáculo de por sí. Desde el famoso concierto del “Carb Day” hasta el gran lanzamiento de globos, siempre hay algo con lo que mantener entretenidos a los aficionados. La carrera cuenta con varias peculiaridades que la diferencian de las demás: desde una pista para 33 coches que se colocan de tres en tres para comenzar, su canto indispensable “Back Home Again in Indiana” y el hecho de que, para clasificarse, los pilotos deben completar cuatro vueltas cronometradas, en vez de una, a lo largo de un fin de semana determinado. No obstante, quizás lo más inusual de estas ahora famosas tradiciones tiene que ver con la leche.
Tras ganar su segunda carrera Indy 500 en 1933, el piloto Louis Meyer hizo una solicitud un tanto excéntrica, un vaso de suero de leche, que se bebió frente a los espectadores. Cuando ganó su tercer título en 1936, pidió otro vaso, lo que, en escala Indy 500, era una botella entera. Un fotógrafo lo capturó bebiendo de la botella con tres dedos (sus tres victorias) en el aire como símbolo de victoria. Inspirados por esta imagen, una empresa láctea local aprovechó la oportunidad para promover sus productos, ofreciéndose a proporcionar una botella de leche a todos los futuros ganadores. Desde entonces, cada año (con una breve pausa entre 1947 y 1955) se le entrega una botella de leche a los ganadores de la carrera. Hoy en día, se les ofrece a los pilotos la posibilidad de elegir entre leche entera, 2 %, desnatada… e imaginamos que no pasará mucho tiempo hasta que haya también una opción vegana.
Tras conocer un poco más acerca de la intrepidez de los participantes y el porqué de la leche o del beso a los ladrillos, seguro que ya entiende por qué la Indy 500 es conocida como “el mayor espectáculo del mundo del motor”. No solo es una carrera. Es toda una institución.
TAG Heuer es el cronometrador oficial de la Indy 500, cuya próxima edición tendrá lugar el domingo 28 de mayo de 2023.