Podcast Podcast, Temporada 3, Episodio 2: Roberto Lacorte nos habla de batir récords y surcar las olas con el Flying Nikka

Hay momentos en los que el tiempo queda suspendido. Momentos en los que nos encontramos a las puertas de la grandeza. Momentos que superan el paso del tiempo. The Edge es una serie de conversaciones en las que personas extraordinarias comparten sus experiencias sobre el momento que lo cambió todo. Pueden tratarse de récords mundiales, un campeonato mundial, revelaciones o decisiones que cambian vidas. Nuestros invitados repasan estos momentos minuto a minuto para nosotros. Nos explican cómo superaron la presión, el miedo o el dolor y se esforzaron hasta el límite. Solo en The Edge.

En esta ocasión, nuestro invitado es un hombre polifacético. Roberto Lacorte es piloto de carreras, regatista y empresario. Ya esté al volante de un coche de carreras o al timón de un velero, Roberto se impulsa constantemente a sí mismo, y a su equipo, hasta los límites de lo posible. En este episodio, Roberto nos habla del Flying Nikka, su ambicioso proyecto náutico que pretende batir récords y surcar las olas. Asimismo, nos habla de sus tardíos comienzos en el automovilismo, del futuro que le depara a la vela y de la colaboración del FlyingNikka con TAG Heuer. Descubra al hombre que hay detrás de uno de los proyectos de navegación más extremos, presentado por su anfitrión Teo Van Den Broeke.

Aquí tiene algunos fragmentos para situarse en la línea de salida y hacer que la adrenalina se dispare. Pero no olvide suscribirse a nuestro Podcast para poder oír todo el episodio sin filtros más adelante. The Edge es una serie de conversaciones con personas extraordinarias que viven al límite de las posibilidades. Se trata de la fina línea entre formar parte de la victoria o transformarse en la victoria; va sobre lo que nos sitúa en nuestros límites y qué podemos hacer para superarlos.

Empecé a navegar con mi padre cuando era muy, muy joven. Gracias a él, la vela forma parte de mí. Es diferente al automovilismo. Decidí iniciarme en el automovilismo cuando tenía 40 años. Empecé muy tarde en comparación con otros pilotos, pero sentía que algo en mi interior me empujaba a ello.

Podemos decir que [el Flying Nikka] es una visión. Una visión para alimentar mi voluntad de hacer algo novedoso. Recuerdo el momento en el que me di cuenta de que el camino correcto era una embarcación totalmente nueva. Completamente diferente a la aventura anterior. Me acuerdo del encuentro con el equipo de diseño. Nos propusieron una mejora del Super Nikka, el maxiyate que nos brindó multitud de alegrías. Ganamos muchas regatas por el Mediterráneo. El Super Nikka era un mini maxi de 60 pies. Pero me di cuenta de que, después de tantas victorias por el Mediterráneo, nos merecíamos algo más. Así que le pedí al equipo de diseño que nos propusiera algo nuevo, algo más grande y más rápido.

Nos mostraron un barco que era simplemente una mejora del Super Nikka. Y entonces me percaté de que ese no era el camino correcto. Mi intención era intentar navegar de una forma diferente, con la tecnología que estaba por llegar. La tecnología de las embarcaciones con foils de la Copa América. El reto consistía en diseñar un barco volador. No para regatas costeras, sino para afrontar regatas en aguas azules. Así que le pedí al equipo de diseño que me proporcionara una idea [de ese tipo]. Estuvieron de acuerdo en que era factible abordar el concepto que les había propuesto. Este fue el punto de partida del Flying Nikka. Una tecnología novedosa para un nuevo territorio del barco volador.

El Flying Nikka es una generación completamente nueva del barco volador. ¿Por qué? Porque el Flying Nikka es el primer barco volador de la historia… el primer casco con foils… diseñado para volar en aguas azules… y concebido para competir en regatas de larga distancia. Se trata de un importante y gran desafío, ya que tenemos que enfrentarnos a condiciones diferentes en comparación con las de la Copa América. Las regatas no solo se celebran en condiciones de agua plana, sino con oleaje. Y la problemática para los barcos con foils reside en las condiciones marítimas… en las dimensiones de las olas. Así pues, nuestro reto consistía en crear un barco, con foils, que fuera capaz de volar en condiciones diversas. Condiciones que no resultan cómodas para el barco ni para la tripulación. El desafío planteado era gobernarlas para tener la posibilidad de volar a velocidades propias de un barco volador. En torno a 30, 35 o 40 nudos, dependiendo de las condiciones. Las condiciones típicas de las regatas de larga distancia.

En primer lugar, queremos batir los récords de las regatas clásicas del Mediterráneo, como la 151 Miglia o la Giraglia. Superar algunas marcas importantes como la de Montecarlo Porto Cervo, por ejemplo. Es el último récord que estableció Giovanni Soldini a bordo de su barco multicasco. Tal vez podamos batir ese récord.

Recuerdo una competición italiana en la que participamos con un barco pequeño. Por aquel entonces, competíamos con mi primer barco de regatas. Empezamos con poco viento, pero a mitad de camino, nos topamos con condiciones muy peligrosas. Muchos de los barcos regresaron a puerto por razones de seguridad. Pero nosotros nos esforzamos al máximo y terminamos la regata con convicción. Subimos al podio en esa regata.

Cuando te encuentras en la zona de peligro, tienes la sensación de estar vivo. Te sientes muy bien, el tiempo se para en ese momento. Es extraño. No es la manera correcta de enfocar la vida, ya que te estás poniendo en peligro. Pero ese es el momento en el que estás al límite, cuando experimentas las mejores sensaciones y la mayor satisfacción. Tanto en la vela como en el automovilismo. He vivido muchas situaciones de este tipo mientras competía. En Daytona, en Le Mans, en el Sebring. En mi opinión, esa es la carrera más difícil del mundo.

Nuestra colaboración con TAG Heuer comenzó con el Super Nikka. Establecimos una sencilla colaboración con la filial italiana de TAG Heuer. No solo con el Super Nikka, sino también formando parte de la 151 Miglia como cronometrador. Esto nos brindó la gran oportunidad de entregar unos preciosos premios a los ganadores de la 151 Miglia, obsequiando con relojes al vencedor de cada categoría. Es una prestigiosa forma de honrar a los triunfadores. Es así como comenzó la colaboración y, poco a poco, fuimos presentando nuestro proyecto Flying Nikka a TAG Heuer.

Recuerdo que organicé una carrera de karts en mi empresa. Una carrera entre los compañeros de trabajo. Y me sentí motivado. Porque me acuerdo que ese día conduje bien y me di cuenta de que tal vez ese era el punto de partida. Recuerdo que una semana después conocí a Giorgio Sernagiotto en el Mugello, donde competía en el Ferrari Challenge. Le pregunté sobre cómo podía empezar [a correr] y me animó a hacer mis pinitos para adentrarme en el mundo del automovilismo.

Una vez alguien me preguntó: “¿Prefiere navegar o conducir?”. Mi respuesta es que son dos disciplinas incomparables. Las experiencias no se pueden equiparar. Son dos mundos diferentes.

Sugiero a los jóvenes pilotos, navegantes o empresarios que se centren en un objetivo concreto. Que crezcan a través de los objetivos. Esto es muy importante.

El futuro de la vela es un tanto incierto, porque creo que se dividirá en diferentes formas de navegar. Los barcos voladores representarán la parte externa de las regatas a vela. En cuanto al barco de crucero normal, considero que será muy difícil de utilizar la tecnología del foiling. Se precisa de un equipo especializado para ello. Así pues, el futuro [de la vela] estará dividido,  como ocurre en el automovilismo.

Tengo muchos sueños en mente. El Flying Nikka es algo que te puede ayudar a soñar con algo mayor. Como la Copa América. Podemos decir que el Flying Nikka es el primer paso en esa dirección. Necesitamos mucha energía para llevar a cabo el proyecto, pero hemos de tener un punto de partida. Y el Flying Nikka es un punto de partida clave.