DEPORTES La historia de los colores en el automovilismo

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Para celebrar el lanzamiento de los nuevos cronógrafos TAG Heuer Formula 1 en nuevos y brillantes tonos inspirados en el mundo de las carreras, vamos a profundizar en la historia del color en el automovilismo.

Si una persona que no esté familiarizada con el automovilismo se sitúa delante de la televisión en mitad de una carrera, no reconocerá los nombres de los equipos ni de los pilotos. No hará ningún comentario acerca de las estrategias de la carrera. No se fijará en los tiempos de vuelta ni en las paradas en boxes. Lo que más llamará su atención son los colores, presentes a modo de decoración en los vehículos, en cada escudería y en las banderas. El automovilismo es un caleidoscopio de vehículos de competición que recorren el circuito a toda velocidad y con ruidos ensordecedores arropados por seguidores y oficiales de carrera que visten y ondean objetos de colores. Al observar el desarrollo de este deporte, antes que cualquier otra cosa son las tonalidades lo que destaca en la pantalla y en los circuitos. Es fácil creer que los colores son la clave que hace que las carreras sean aún más emocionantes. Ver competir en el circuito a vehículos de color rojo, amarillo y verde resulta muy estimulante. Estos colores nos ayudan a comprender mejor la acción. Nos ayudan a diferenciar a nuestros pilotos favoritos de sus competidores. Y es que los colores, al igual que TAG Heuer, forman parte de la enriquecedora historia del automovilismo y de su legado. Por esta razón queremos rendir homenaje a los colores que han inspirado al universo de las carreras y que siguen haciéndolo en el presente.

Los días en los que el color no era una preocupación

Antes de los logotipos. Antes de los patrocinios. Antes de los distintivos colores de las escuderías. Antes de todo esto, nos encontrábamos a principios de la década de los años 1900. Se trataba de una época en la que observábamos el circuito y animábamos al vehículo rojo o verde. En aquellos años, las carreras eran de índole juvenil y despreocupada. Las escuderías podían elegir los colores que quisieran. Y, si un piloto contaba con un vehículo en propiedad, podía incluso pintarlo con los colores de la bandera de su país. No existían normas, reglamentos, ni ningún organismo de carreras que indicara lo que se podía o no hacer. Por este motivo, los circuitos se llenaban de tonalidades aleatorias. Para los espectadores, no siempre era una visión sencilla, especialmente en aquellas carreras en las que los vehículos resultaban realmente similares. Y es que en esta época, confundir varios vehículos por la similitud de los colores era algo muy común.

TAG Heuer Formula 1 cronógrafo (CAZ101AN.FT8055)

Nuevas reglas, nuevos colores

A medida que las carreras evolucionaban y gozaban de una mayor popularidad, era necesario que estuvieran reglamentadas. El automovilismo necesitaba un marco normativo. No obstante, para esto precisaba de una organización que lo supervisara. En 1904, se fundó en París la Association Internationale des Automobile Clubs Reconnus (AIACR), una agrupación de asociaciones automovilísticas de diferentes países. Se constituyó para representar los intereses de los pilotos y regular el creciente panorama del automovilismo. En aquella época, algunos vehículos llevaban números pintados en los laterales, por lo que era más fácil saber qué piloto conducía para cada escudería. Sin embargo, pronto la AIACR empezó a introducir normas sobre los colores. Decidieron que la mejor manera de diferenciar los vehículos era asignar los colores en función de las nacionalidades de los pilotos, algo que ya se había hecho antes. Durante un importante evento automovilístico de 1900, Francia eligió el color azul, Bélgica el amarillo, Alemania el blanco y Estados Unidos el rojo. Con el tiempo, más y más países entraron en el mundo de las carreras. Y, como solo hay un número determinado de colores lisos, empezaron a aparecer nuevas combinaciones de colores sobre los circuitos.

Tonalidades eternas

En este punto, el tema se volvió un poco más creativo. Entre las décadas de los años 1920 y 1940, los circuitos empezaron a experimentar con tonos llamativos e icónicos. Colores que los entusiastas del automovilismo de hoy en día siguen conociendo. Rosso Corsa. Bleu de France. British Racing Green. Los vehículos alemanes empezaron a prescindir de su blanco predilecto y a exponer sus coches con sencillas láminas de metal. Esto inspiró el apodo “flechas plateadas” (del inglés “silver arrows”). Los años pasaron fugazmente viendo a estos hermosos vehículos volar por los circuitos de todo el mundo. Cada año aparecían tonalidades nuevas o ligeramente modificadas. Después de la guerra, era la nacionalidad de la escudería que desarrollaba el vehículo la que determinaba los colores que adornaban el mismo.

TAG Heuer Formula 1 cronógrafo (CAZ101AP.FT8056)

Una nueva era

Nos encontramos a finales de la década de los años 1960. En la temporada de 1968, más concretamente. Se trata de una época en la que los grandes patrocinadores y los principales fabricantes de automóviles ven la oportunidad de hacer el deporte más llamativo a la vez que promocionaban sus marcas. Así nació una nueva era sobre el circuito. Los colores y banderas de los patrocinadores se convirtieron en la gran novedad. Este tipo de diseños ya se utilizaba en algunos deportes de motor en Estados Unidos. Los aficionados disfrutaban viendo competir a sus vehículos favoritos con combinaciones de colores de diseño elegante. A pesar de que los diseños de los equipos adaptaron nuevas formas, ángulos y rayas, los colores clásicos como el Rosso Corsa y el British Racing Green siguieron utilizándose. Muchas de las decoraciones de los patrocinadores pasaron a la historia. Incluso hoy en día, se puede ver a los aficionados recordando e incluso luciendo recuerdos influenciados por estas decoraciones.

TAG Heuer Formula 1 cronógrafo (CAZ101AM.FT8054)

Los colores, más vivos y presentes que nunca

En TAG Heuer, presentamos nuestra popular colección TAG Heuer Formula 1 en tres nuevos colores, los más clásicos del deporte: verde, amarillo y rojo. Estos modelos llamativos y sugerentes resultarán familiares a cualquier entusiasta del automovilismo. Cada uno de estos elegantes cronógrafos de cuarzo refleja el estilo de los primeros relojes TAG Heuer Formula 1 de la década de los años 1980. Estos tonos novedosos y dinámicos siguen presentes en las banderas, luces, señalizaciones y decoraciones de los equipos. Estas tonalidades impregnarían, y seguirían haciéndolo, la paleta de colores del automovilismo en los próximos años. Si quiere saber más sobre la colección, visite nuestra página web.