SAVOIR-FAIRE Collected, Episode 3

14 min

En la tercera de nuestra serie de entrevistas con extraordinarios coleccionistas de TAG Heuer, conversamos con Jeff Stein y Fred Mandelbaum.

Jeff Stein, fundador de la legendaria (y definitiva) base de datos online de relojes Heuer vintage OnTheDash, es un héroe de Heuer y una auténtica enciclopedia humana de la historia de la marca, además de propietario de un tesoro oculto de relojes excepcionales y cautivadores.  La celebridad de Instagram Fred Mandelbaum (conocido como @watchfred) es una estrella entre los expertos en relojes vintage. Y tenga en cuenta que no hemos dicho “coleccionistas”. Porque Mandelbaum no es solo un coleccionista, como pronto descubriremos…

Fred: Vale, estoy listo. Acabo de pedir un café.

Jeff: Lo primero es lo primero, también en Atlanta. ¡Una Coca Cola light para mí!

The Edge: Fred, ¿qué ha pedido? ¿Le gusta el expreso?

Fred: El ristretto.

The Edge: ¡La elección del experto! De acuerdo, ya tenemos la cafeína corriendo por nuestras venas, primera pregunta, cuál si no, manos arriba: ¿qué llevan en las muñecas?

Fred: Tú primero, Jeff.

Jeff: Es un poco sorprendente. Se me conoce como coleccionista de Heuers, cronógrafos y relojes mecánicos vintage, principalmente de 1935 a los años 70. Pero hoy llevo un reloj TAG Huer de 1989 que está equipado con un movimiento de cuarzo. He empezado a sentir un cierto interés por los relojes de buceo de los años 80 y 90. Muchos coleccionistas desprecian estos relojes porque se pueden comprar en cualquier momento en eBay por entre 400 y 1000 dólares. Pero creo que es un capítulo interesante que ha tendido un puente entre Heuer y TAG Heuer. Son divertidos de usar, baratos, fiables y están disponibles en muchos colores. Hay gente a la que no le gustan los movimientos de cuarzo, pero, estos últimos meses, me están empezando a interesar bastante.

The Edge: ¿Los ha usado bajo el agua? ¿Cómo es el buceo en Atlanta?

Jeff: ¡La ducha es lo más cerca que he estado del agua!

The Edge: ¿Y funciona bien en la ducha?

Jeff: Totalmente. Son muy precisos y fiables.

The Edge: ¿Y Fred, qué lleva usted?

Fred: Dejo que Jeff adivine qué reloj llevo puesto hoy…

Jeff: ¿Un cronógrafo de triple calendario de oro… con una esfera negra?

Fred: Exacto. Tiene un poco de historia, porque, hace años, este fue el reloj que hizo que Jeff y yo empezásemos a hablar, porque es, bueno, nunca se puede decir que sea único… pero hasta ahora, es la única versión con esfera negra de este modelo en particular que conocen los coleccionistas. Es una pieza excepcional. Y los dos hicimos un poco de investigación sobre él. Y de este reloj surgió lo que creo que ambos vemos ahora como una amistad muy estrecha, aunque estemos a miles de kilómetros de distancia. Hablamos casi todos los días, nos hemos hecho muy amigos, y fue este reloj en particular el origen de todo. Así que es una pieza importante, en cierto modo, para la historia de Heuer, pero también para la amistad entre Jeff y yo.

Le chronographe Gold Triple Calendar que Fred porte, avec un cadran noir.

The Edge:  ¡Un reloj y una amistad surgidos en el paraíso! Una de las primeras preguntas que queríamos haceros era esta: Fred, su carrera profesional empezó en la electrónica, la tecnología informática, y siempre ha dicho que lo que le atraía de los relojes era el elemento mecánico, analógico. Pero también es famoso por catalogar su colección online. Y Jeff, del mismo modo, OnTheDash es esa especie de punto de referencia supremo e inmejorable para los relojes Heuer vintage online …  Un auténtico logro de niveles bíblicos. Dado que ambos tienen esa combinación de clasicismo e Internet, queríamos hablar del coleccionismo de relojes en la era de Internet. ¿Cómo ha cambiado el mercado y la experiencia del coleccionismo? Y en un mundo en el que cualquiera puede crear una alerta de Google, ¿es esto una especie de igualdad de condiciones democrática o elimina parte de la emoción de la persecución? Quizá podríamos empezar por usted, Jeff.

Jeff: Es interesante, me registré en eBay y compré mi primer reloj Heuer a finales de 1998, un cronómetro de salpicadero de Heuer, e inicié OnTheDash en 2003. Y la gente siempre pregunta: “Cuando inició OnTheDash, ¿cómo lo publicitó? ¿Cómo conocía gente?” Y la respuesta es… bueno, muy interesante. En los inicios de eBay, se podía ver la identidad e incluso obtener la dirección de correo electrónico del ganador y de los otros pujadores. Así que, básicamente, la comunidad se formó entre 1998 y 2003, a través de las discusiones entre los pujadores de eBay sobre los relojes Heuer. Cuando inicié OnTheDash en 2003, tenía unas 80 direcciones de correo electrónico y eso era realmente la comunidad, y de dónde provenía: todo recopilado, de gente que pujaba por relojes en eBay.

Lo que es interesante es cómo uno ve a las generaciones sucesivas. Primero llegó el correo electrónico, y luego las discusiones en foros. Ahora, las compras, las ventas y las conversaciones se desarrollan en Facebook e Instagram. Últimamente, creo que es probable que la mayoría de los miembros de nuestra comunidad hayan comprado y vendido más relojes de amigos de Instagram que de eBay. Me interesaría oír a las generaciones de coleccionistas de Fred, pero es verdad que han cambiado mucho. Y me resulta aún más interesante la pregunta de cómo vamos a comunicarnos e incluso comprar, vender y chatear dentro de cinco años….

The Edge: Es realmente fascinante. En cierto modo, Internet le permitió conocer más aún a toda una generación de coleccionistas. ¿Convirtió la red en algo tangible de una manera que en realidad no se hubiera materializado antes de los inicios de Internet?

Jeff: Justo. Cuando pujaba por un cronógrafo, se podía ver la identidad de todos los demás pujadores durante la subasta, por lo que sabía que si @theedge pujaba, iba a pagar mil doscientos dólares por este reloj. Y si @fred418 pujaba, me preocupaba que pagara lo que fuera por ganarlo.

Une série TAG Heuer 3000 de la collection personnelle de Jeff.

The Edge: Y, perdón por la indiscreción, pero, ¿cuál era su nombre de usuario en eBay?

Jeff: JMStein.

The Edge: Un clásico. Nos gusta.

Jeff: Ja, ja, algo sencillo. Fred, me interesa su visión de las generaciones…

Fred: Cuando empecé a trabajar en las redes sociales, pensé que tal vez habría un centenar de personas interesadas en lo que publicaba. Ese era mi primer objetivo  … ¿Llegaré alguna vez a los cien seguidores? [Tiene más de 54 mil seguidores en Instagram] Por otro lado, a pesar de lo maravilloso que se ha vuelto ese entorno de consumo inmediato, en realidad echo de menos la época del foro como momento para la auténtica difusión del conocimiento entre la multitud. La gente se juntaba y trabajaba durante muchos años para crear una base de conocimientos. Antes de Internet, todo lo que teníamos eran los libros. Y admito que muchos de ellos están llenos de errores. Alguien, en alguna parte, decidía que sabía lo que era cierto, ¡y no siempre tenía razón! Pero durante el tiempo que duró el foro, había grupos muy grandes de personas muy motivadas y muy interesadas que trabajaban juntas para aprender.

Hoy en día, lo que tenemos es una comunidad de redes sociales vibrante, muy activa, superpositiva y amistosa, algo que podía ser un problema en los foros, con los troles ocasionales y la gente que lo sabía todo mejor que nadie, aunque no tuviera ni idea de lo que estaba hablando. Pero aun así, en aquel entonces, construimos una base de conocimientos en la que seguimos confiando hoy. Y durante los últimos, yo diría, dos o tres años el movimiento del foro ha disminuido drásticamente. Todo está en las redes sociales ahora. Lo que me preocupa es la capacidad de búsqueda de las redes sociales. Intentar buscar algo en Instagram no funciona. Y entiendo que a Jeff le pasa lo mismo.

Jeff: Justo. Antes abrías un foro de debate y veías doscientos o trescientos mensajes. Ahora tenemos suerte si hay 20 o 30 porque… es mucho más fácil en Instagram y Facebook. Son instantáneos y fáciles. Todos tienen un móvil, publican… Pero comparto el mismo pesar que Fred. Si alguien publicase información interesante hace 12 años, podría encontrarla en una discusión en un foro. Con las redes sociales no pasa…

The Edge: Pero, ¿quizá, eso será algo que ocurra en los próximos cinco años, como decía? Una forma de asegurar que esa transición a las redes sociales no pierda la base de conocimiento comunitaria universitaria que crecía en la vida del foro…

Fred: Exacto. ¡Jeff sigue publicando! Pero en mi caso, puede que publique el 10 % de la información nueva que encuentre y el resto se pierda en algún lugar de Facebook o en las discusiones de Instagram que tengo y a las que probablemente nunca volveré, si es que alguna vez olvido lo que aprendí. Por lo que, una de las cosas que espero es que se encuentre algún foro o plataforma que combine ambas cosas. Me encantaría, y supongo que a Jeff le ocurriría lo mismo, porque, en realidad, lo mejor que se puede hacer es buscar el conocimiento entre la gente. He aprendido mucho de gente como Jeff…

The Edge: Completamente. Porque Jeff ha tenido algunas primicias increíbles con OnTheDash. Ya que estamos hablando de estos momentos increíbles de investigación e intercambio de conocimientos en Internet, ¿tienen ustedes alguna historia particular de algo que haya surgido a través de un foro y que haya sido un verdadero momento de revelación?

Jeff:  Creo que ha habido un par de momentos de revelación para mí. Curiosamente, uno tiene que ver con el astronauta John Glenn y el otro con Barack Obama. Creo que fue en 2006, y hubo una publicación, no recuerdo qué foro era, pero alguien dijo: “Acabo de estar en San Diego y fui a un museo del aire y el espacio”. Era un museo satélite pequeño, no el principal de la NASA. Pero entonces dijeron: “He visto el cronómetro de John Glenn. Creo que era un Heuer. ¿Sería ese el primer Heuer en el espacio?” Así es como publicaron la pregunta, tan fortuito como eso. Pues bien, ¡la búsqueda de este cronómetro me mantuvo ocupado durante días!

The Edge:  ¿Cuánto tardó en subir a un avión?

Jeff: Fui directamente a los archivos de la NASA y empecé a buscar entre cientos de imágenes de alta resolución de cada astronauta y a documentar el hecho de que, sí, tenía razón: John Glenn utilizó un Heuer en el espacio.  No se lo proporcionó la NASA, pero, probablemente, fue a una joyería local o a una tienda de artículos deportivos y compró el reloj, y lo llevó atado a su muñeca cuando subió a su vuelo de cuatro horas. Así que, por supuesto, TAG Heuer no ha realizado las campañas “Primer cronómetro en el espacio”, “Primer reloj suizo en el espacio”, ni nada parecido. Parece que se lo cedieron a Omega. Pero resultó emocionante descubrir que, en realidad, fue el Heuer de John Glenn el primer reloj suizo en el espacio.

The Edge: Increíble…

Formation en vol simulé de l'astronaute John Glenn

Jeff: Y otro gran momento fue cuando alguien de TAG Heuer se puso en contacto conmigo en el verano de 2009 y me dijo “creo que Barack Obama lleva uno de nuestros relojes”. Y eso inició otra búsqueda similar. Por aquel entonces, era candidato. No estoy seguro de que fuera siquiera el primer candidato en ese momento. Eran Obama y Hillary Clinton. Pero la información era correcta: Obama utilizaba un reloj de buceo TAG Heuer Serie 1500 de principios de los 90. Y vuelta a empezar, me puse a investigar noche tras noche en los archivos fotográficos para identificar el reloj y contar la historia. Incluso después de veinte años de afición, todavía hay mucha información por descubrir.

The Edge: Y cuando recibe una pista así, ¿siente cómo su cuerpo reacciona? ¿Se le acelera el corazón? ¿Cómo describiría esos momentos en los que tiene el principio del hilo del que tirar?

Jeff: Adrenalina y mucha energía, seguidas de agotamiento y cansancio. ¿Cuántas imágenes de Obama hay en Getty Images y en el sitio Flickr de la Casa Blanca? Solo hago clic, clic, clic, esperando encontrar la imagen perfecta del reloj o de Obama y el reloj o de John Glenn y el reloj. Pero, sí, ¡es emocionante! No hay descanso cuando trabajas en algo así.

The Edge: Nos encanta oírlo.

Fred: ¡Y a veces se encuentra con John Glenn llevando un Breitling en la muñeca!

Jeff: Exacto. ¡Nunca se sabe dónde desembocará la búsqueda!

Fred: Con Breitling, no teníamos un Jack Heuer que hubiese sobrevivido. Que pudiera contárnoslo todo sobre la historia. Fue así que, revisando los archivos y buscando los nombres y la primera gestión de los distribuidores estadounidenses, etc. Apareció su nombre, Jack Karasick, jefe de ventas en los años 40. Empezamos a investigar, buscando a sus hijos o nietos, confiando en que guardasen algún archivo en sus desvanes. La búsqueda fue muy complicada. Un completo desastre. Escribí y llamé a personas de los Estados Unidos apellidada Karasick, y les dejé mensajes. Nadie me respondió. Y, entonces, pregunté a mi amigo Jeff, aquí, en Atlanta. Sabía que la familia del tipo que buscaba vivía en Nueva Jersey y le pregunté “dime, Jeff, ¿conoces a alguien allí?”. Y me dijo “Sí. Mi nuera es justo de esa ciudad. Sabes qué, voy a preguntar por ahí”.

Al final, resultó que el hijo de aquel jefe de ventas de Breitling de los años 40 era el vecino de al lado de los padres de la nuera de Jeff. El vecino. ¡Y eso no es todo! Acabamos por descubrir que no estábamos hablando solo de papeles en algún desván. No, esa misma persona, el jefe de ventas y luego presidente de Breitling América, ¡seguía vivo con 97 años! Vivía en Nueva York, y cinco semanas después lo conocí. Volé y conseguí sus archivos y me contó todos sus recuerdos… ¡incluso los recuerdos de Jack Heuer! Sí, ese también fue uno de esos momentos eureka.

The Edge:  ¡Eso también consolidó su amistad! Su extraña conexión. Sé que es una pregunta que les habrán planteado muchas veces, pero, ¿cómo empezaron? ¿Y cuál fue el momento decisivo en el que supieron que el coleccionismo de relojes y la relojería iban a ser una parte muy importante de su vida?

Jeff: Para mí, empezó con los automóviles, estuve yendo a las carreras de vehículos antiguos en Monterrey, California, durante varios veranos. Y en 1996, paseando por el paddock del hipódromo, había diferentes expositores, gente vendiendo arte y gente vendiendo libros. Entré en una tienda pequeña que tenía algunos relojes y había un par de cronómetros de salpicadero Heuer, un par Rally Master. Los tomé y los miré, y jugué con ellos, les di cuerda y los agité un poco. No me creía lo bonitos que eran. El estilo y el diseño eran perfectos. Las sensaciones, la construcción… era todo perfecto. Se utilizaban en los salpicaderos de los coches de carreras: increíble. No me interesé mucho por los cronógrafos hasta cuatro o cinco años después, pero ese fue sin duda el momento revelación.

The Edge:  ¿Y los compró?

Jeff: ¿Los primeros cronómetros de salpicadero? No, no, no. Era una locura. Costaban 1200 dólares, mucho dinero a finales de los noventa. El primero que compré fue en eBay, en noviembre de 1998, procedente de Sudamérica. Sigo teniéndolo. Es un cronómetro de salpicadero Super Autavia y, como es de esperar, llegó desde Brasil a través de eBay, y cuando abrí la caja, y le di cuerda, no pasó nada. Estaba roto. No funcionaba. Y pensé, oh, vaya, esta afición está llena de peligros. Aunque parezca mentira, lo devolví al desconocido en Brasil que, en ese momento, tenía tanto el reloj como mi dinero… ¡Pero lo arregló y me lo reenvió! Y sigue siendo parte de mi colección. Ese fue el inicio de todo.

The Edge:  ¿Y usted, Fred?

Fred: Tal vez ahora, con las redes sociales e Instagram especialmente, haya ciertas personas que se despiertan y deciden “¡Vale, me voy a dedicar a coleccionar relojes!”. Pero antes no era así. En mi caso, utilizaba los cronógrafos como herramienta comercial para cronometrar los pasos de la producción en los 80. Como ha dicho, estaba rodeado de electrónica: el hecho de que fuera un reloj mecánico me atrajo. Al ser una persona curiosa, empiezas a leer más y más, a interesarte por el tema, a investigar, a ver los pasos relevantes de las innovaciones y el desarrollo de la tecnología. Y te das cuenta de que no hay suficientes libros por ahí. Te metes en los archivos, empiezas a estudiar, empiezas a comprar un ejemplar por aquí, un ejemplar por allá. Y de repente te das cuenta de que pasas mucho tiempo estudiando los relojes y dices: “Vale, puede que de verdad sea un coleccionista de relojes”. Es algo que “ocurre”, de alguna manera.

Le Super Autavia acheté par Jeff en novembre 1998 à l'Amérique du Sud.

The Edge: Ambos tienen un enfoque archivístico e histórico muy riguroso. Desde una perspectiva puramente relojera, ¿qué década les gustaría revivir sabiendo lo que saben ahora? Si pudiesen revivir de algún modo y comprar esos productos nuevos o… Desde el punto de vista relojero. Usted primero, Fred, por ejemplo.

Fred: Siendo sinceros, el punto álgido de la tecnología fue en 1969. Todo lo que se ha desarrollado desde entonces, realmente es una continuación de las innovaciones de ese periodo. Si nos fijamos en los cronógrafos, en realidad, cuando se definió todo fue desde finales de los años 20 hasta finales de los 60. Y cada uno de esos periodos —40, 50, 60— tiene diseños muy, muy diferentes, relojes diferentes. Los 50, por ejemplo, fueron los años de los relojes de buceo. Cousteau desató un interés bárbaro en el silencioso mundo subacuático. Luego, en los años 60, volvemos a los cronógrafos-herramienta, muy de la época de las carreras de coches, etc. Así que, si no tengo que elegir, prefiero todos esos. En cada una de estas décadas, hay iconos que nacieron y han definido nuestro sector hasta hoy.

Jeff: Fred, ¡has hecho de todo excepto responder a la pregunta!

Fred: ¡Me gustaría vivir en todas ellas!

Jeff: Pero hay que elegir un periodo…

The Edge:  Incluso le hemos ofrecido toda una década para elegir. Hemos sido muy generosos.

Fred: Vale, vale, Jeff. Sabiendo que elegirás los años 60 y el modo en que Jack Heuer reinventó la forma de comercializar los relojes con sus conexiones con la Fórmula 1, yo elegiré los años 40, ¿de acuerdo?

Jeff: Vale. O sea que Fred no solo ha respondido por sí mismo, sino que ha respondido por mí. Es verdad. Reconozco que fui un niño de los años sesenta. Nací en 1955. Así que recuerdo dónde estaba cuando oí que habían disparado a Kennedy; recuerdo haber visto en la televisión la llegada del primer hombre a la luna, las protestas estudiantiles, la música, los colores, las revoluciones de los años 60. Fred está en lo cierto. Me encantaría ver el rumbo de los relojes en el caso de Heuer desde 1962 con el Autavia hasta 1969 con los cronógrafos automáticos. Me encantaría verlo en directo. Esa es la respuesta fácil. Otro periodo que me interesa se solapa con el de Fred. También me gustaría ir al periodo entre 1935 y 1945. Fue entonces cuando Heuer pasó de un par de referencias de cronógrafos a un catálogo completo y los movimientos pasaron de un conjunto de movimientos a cinco o seis o siete conjuntos de movimientos, y pasamos de dos registros a tres registros y a los calendarios y la fase lunar. Me encantaría ver también de 1935 a 1945, porque es… es cuando de verdad se desarrolló el catálogo de Heuer.

The Edge: Fred, leí una entrevista suya en la que decía que la pregunta sobre cuántos relojes tiene una persona es ridícula, porque se pueden tener 200 relojes y ninguno de ellos ser bueno. Bien puntualizado. La idea de un “estilo de coleccionismo” y de un estilo de relojes preferido, nos resulta muy interesante. Recuerda a la “pincelada” de un artista que se va desarrollando con el tiempo. Y me preguntaba si alguno de ustedes querría hablar de lo que definen como su estilo. Obviamente, a los dos les gustan los cronógrafos, pero, más allá de eso, ¿hay alguna línea que realmente una los relojes por los que se sienten más atraídos? Empecemos primero por usted, Fred.

Fred: Sí, sí que la hay. Para mí, la pregunta sería “¿Qué relevancia tiene ese reloj? ¿Qué influencia general tuvo en el mercado? ¿Destaca de algún modo?” Esto es lo que en realidad intento hacer con mi colección. Tengo temas particulares que me interesan, los cronógrafos de la aviación militar podrían ser un ejemplo, y en ese ámbito concreto, intento tener todos los ejemplos relevantes. Pero la cuestión principal es que, para mí, de todas las cosas que me hacen decidir si quiero buscar un reloj, la verdad es que la rareza es el menor de los puntos relevantes. El factor mucho más importante es “Por qué este sería un reloj importante para el sector en general”.

Une TAG Heuer Autavia des années 1960 de la collection personnelle de Fred.

The Edge: Así que se trata más de relevancia histórica o antropológica que de estética.

Fred: Así es.

The Edge: y usted, Jeff, ¿busca también la relevancia específica? ¿Busca algún componente estético?

Jeff: Mi gusto estético, imagino, se basa en un par de cosas. Tiende hacia relojes-herramienta legibles y robustos. Así que me gusta algo, volviendo a los cronómetros del salpicadero, por ejemplo, que sea sólido y que esté bien construido y destinado a usarse. La legibilidad, y un reloj manejable, son cosas siempre importantes para mí. En cuanto a la línea de mi colección, bueno, llevo en esto 22 años ya. Creo que es importante dejar que tus preferencias y tu estilo evolucionen. Cuando se empieza a coleccionar, hay algo así como casillas para marcar. Quieres ver o estudiar cualquier Autavia 1163 de referencia. Y luego, en un momento determinado, los has llevado todos, los has visto todos, creo que llega la pregunta “bueno, ¿cuál te gusta realmente?”, ya sea como pieza en tu muñeca o como algo históricamente interesante. Soy partidario de que los coleccionistas dejen que sus preferencias evolucionen y cambien. Después de hacer esto durante 22 años, me pregunto por qué hay ciertas categorías que nunca he explorado.

Otro tema en el que Fred y yo probablemente tengamos enfoques diferentes es que creo que ambos somos horribles vendiendo relojes. Es fácil comprarlos y difícil venderlos. Pero soy un gran aficionado a dejar que tus intereses evolucionen y cambien, así que si tienes relojes en tu colección que te obligas a usar o que ya no te atraen, creo que es importante venderlos y refrescar la colección con las ganancias. Así que supongo que mi resumen es: sí, hay una cierta línea de legibilidad, durabilidad e interés histórico. Pero podría verme en los próximos dos años comprando relojes de categorías nuevas para mí. Creo que es una parte de la afición.

The Edge: Hablando de categorías: OnTheDash es muy querida por la comunidad Heuer, y nos fascina ver la sala que hay detrás de usted. ¿Podría hablarnos un poco sobre su equipo? ¿Cómo es la base de operaciones de OnTheDash en la vida real para la gente que lleva años siguiendo el sitio web?

Jeff: Bueno, eso es interesante. En realidad, estoy en mi oficina, donde ejerzo la abogacía. Pero habría que señalar que el despacho de abogados y la sala relojes son bastante parecidos. Estas son carpetas blancas sobre temas jurídicos. Se me conoce en el bufete por mis carpetas blancas. Si alguien está investigando un tema, una de las primeras paradas suele ser “¡vamos a ver si Jeff tiene una carpeta blanca!” Y mi sala de relojes en casa está llena de carpetas blancas sobre temas como, ya sabes, el primer Autavia, el primer Carrera, el Skipper… Así que hay una clara inclinación por documentar y archivar y luego poder sacarlo de la estantería y echarle un vistazo. Nunca lo había pensado, pero supongo que este estilo de gestión de la información, en el que hay mucho en la memoria USB pero también mucho en las estanterías, es algo que comparten la ley y los relojes.

The Edge:  Estoy de acuerdo, las carpetas son herramientas imprescindibles. Centrándonos un poco más en Heuer y TAG Heuer, ¿cuál es su colección contemporánea favorita de la Maison?

Fred: Los modelos actuales, supongo, la línea Autavia y los Carrera, son los dos que me gustan tanto en vintage como en los modelos actuales.

The Edge: ¿Y usted, Jeff?

Jeff: De los actuales me gusta lo que ha hecho TAG Heuer en el último año con los Carrera. Soy un gran admirador del moderno Carrera 42 mm que acaba de salir este año. Creo que es un reloj fantástico. Para mí, es un ejemplo perfecto de cómo aprovechar el legado de la marca para hacer algo que se pueda encontrar en un centro comercial y comprar. Estoy muy entusiasmado con ello y, volviendo al reloj que utilizo hoy, también me interesa lo que TAG Heuer va a hacer con el Aquaracer, sobre todo reflexionando sobre la década o los 15 años en que estos relojes de buceo de cuarzo mantuvieron viva la marca. Me interesa mucho saber hacia dónde irá la marca…

The Edge:  Eso está relacionado con mi siguiente pregunta, que es la de canalizar la perspectiva de un joven coleccionista. Cuáles son las referencias más infravaloradas del mundo Heuer y TAG Heuer que no han tenido la atención que merecen, o son héroes un tanto olvidados…

Jeff: Veamos. De nuevo, mis intereses y pasiones cambian a veces con la tendencia o la temporada o algo así, pero lo que más me interesa es el periodo de mediados de los 30 a principios de los 40. Insisto, ese fue el periodo en el que Heuer estaba ampliando el catálogo y sentando realmente las bases para las siguientes décadas. Los primeros fueron un batiburrillo porque no están muy bien documentados en los catálogos, pero me encanta esta época. Están impulsados por el movimiento Landeron 13, y hay muchas formas, tamaños, aspectos y sensaciones diferentes. Creo que esos son interesantes si quieres alejarte de la mayoría y claro, la mayoría tiende mucho a los 60 y 70…

The Edge:  ¿Y usted, Fred?

Fred: Lo mismo digo, los primeros años de la década de los 40 hasta la mitad de la década de los 40 en general parecen estar relativamente infravalorados en la valoración del mercado. Por eso los veo como un periodo interesante. Y luego, tal vez las fechas triples de la década de 1950 de Heuer que son relojes muy bonitos —y de nuevo, si nos fijamos en las valoraciones— son sorprendentemente baratos en este momento. Diría que, por lo general, los 60 son bastante queridos… y eso se ve claramente en el precio de los relojes. Y hay algunos relojes interesantes en los años 70. El Heuer Calculator, por ejemplo, sería una de esas joyas ocultas porque es muy singular en su diseño. Me gusta mucho el mío, y lo llevo muy a menudo.

La Calculator Heuer de la collection personnelle de Fred

The Edge:  Teniendo en cuenta que ambos llevan sus relojes, esta es quizá una pregunta fácil, pero si hubiera uno que tuviera que llevar todos los días durante el resto de su vida, sin importar la situación, sin aburrirse nunca de él, ¿cuál sería? Y creo que empezaremos por Fred, porque puedo ver la respuesta en la punta de su lengua.

Fred: Si tiene que ser un Heuer entonces sería un 3646 Autavia, porque Breitling no tiene nada similar sin cuenta de horas en este segmento de diseño. Si no, tendría que decir que probablemente sería un Breitling Co-Pilot. Pero si me quedo con Heuer, sería el Autavia 3646.

The Edge:  Gracias a los dos. ¡Agradecemos la sinceridad!

Jeff: Llegados hasta aquí, tengo que decir una cosa. Algunos se van a sorprender al ver el nombre de Fred en esta revista… pero es algo genial. Como invitar al zorro al gallinero.

The Edge: ¡Pero el zorro ha estado muy simpático!

Fred: Sí, y hay respeto mutuo en ambas marcas. En su historia también. Y como he dicho, en el pasado, cuando hablé con Jack Karasick, de Breitling, en Nueva York, él consideraba a Jack Heuer un gran amigo en los años 60. No se veían a sí mismos como competidores, sino como los suizos que intentaban conquistar el mercado estadounidense y conquistar nuevos segmentos. Así que, sí, repito, el respeto entre las marcas es realmente algo de lo que hay que estar orgulloso y no algo que haya que ocultar, me parece.

Jeff: No, pero ya se sabe, la gente siempre me asocia con Heuer, Heuer, Heuer. Pero no veo cómo una persona puede coleccionar solo una marca. Si te gusta el Autavia, creo que la mayoría de los coleccionistas querrán explorar el Breitling Co-Pilot. Si te gusta esto, entonces por qué limitarte a “solo colecciono esta marca y si no está en ese catálogo, no puedo tenerla”.Para mí, es mucho más satisfactorio explorar diferentes marcas y estéticas compartidas. Ya sea con una estética compartida o con ideas complementarias y opuestas. Pero creo que tanto Fred como yo diríamos que si nos quedáramos solo con una marca, sería una pequeña parte de lo que disfrutamos explorando más mercado.

The Edge: Y limitarse nunca es algo que se pueda combinar con el rigor académico ni con ninguna de esas cosas que han alimentado estos desarrollos, innovaciones y acumulación de conocimiento a través del tiempo. En ese sentido, su relación íntima y estrecha con las marcas, y el hecho de ser figuras tan importantes dentro de estas dos marcas, ¿le da una apreciación diferente y una visión de cómo funcionan? Empezando por usted, Jeff.

Jeff: Eso creo. Probablemente la diferencia más interesante y contrastada entre TAG Heuer y Breitling en este momento es lo que las marcas están haciendo con sus reediciones. Fred ha estado muy involucrado con Breitling y dejaré que él cuente la historia, pero esencialmente están haciendo reediciones casi idénticas de algunos de los relojes clásicos. Fred saca sus calibres y cuenta el número de cuentas del bisel para intentar recrear el reloj idéntico que aparecerá en el catálogo de Breitling. TAG Heuer ha adoptado un enfoque diferente, ya que no está haciendo recreaciones uno a uno, sino que está utilizando el catálogo del patrimonio como puntos de inspiración. De modo que cuando uno mira el Jack Heuer 88th birthday Carrera, no se encuentra con una pieza idéntica. Está inspirado por elementos de la historia. O el Hodinkee Skipper. No es idéntico al Skipper original de 1968, pero es esencialmente un matrimonio, una combinación de dos o tres Heuers diferentes del catálogo del legado. Es una filosofía diferente, y no sabría decirte cuál me gusta más. Me gusta la forma en que ambas marcas utilizan su historia y su legado. Fred quizá podría comentar un poco la experiencia de dar vida al catálogo de Breitling.

Jack Heuer 88e anniversaire Carrera.

Fred: Tenemos dos empresas con los catálogos más ricos que uno pueda imaginarse. Y, por supuesto, el legado de una marca define el estilo de su futuro. Nos inspiramos en el pasado porque es la base del carácter de la empresa. Y creo que es muy importante aquí.

The Edge: Acabo de darme cuenta de la hora, y no quiero quitarles su valioso tiempo mucho más. Jeff, tenemos una última pregunta para usted. Le han hecho muchas preguntas sobre los relojes Heuer Grail. ¿Cuál cree que es el santo grial del Grail?

Jeff: El santo grial del Grail. Es difícil elegir uno.

The Edge: Me temo que solo puede decirnos uno.

Jeff: ¿Solo uno? Voy a decir que el Autavia referencia 3646 con el logotipo del Indianapolis Motor Speedway en la esfera. Para mí, es un reloj único. Es la única esfera blanca Autavia de los años 60. Mantiene esa conexión con el Indianapolis Motor Speedway. Hay una gran historia sobre cómo se produjeron y distribuyeron. Son muy limitados. Yo creo que lo combinan todo. Y daré al Skipperera una mención honorable de 30 segundos.

Ah, ¡y al final no he respondido a lo del reloj diario! En ese caso, iría por otra dirección. Elegiría un Autavia de finales de los 60, de cuerda manual, referencia 2446C con brazalete de acero. No es tan precioso o delicado como algunos de los anteriores, pero es muy interesante, y un buen tipo de reloj para usar a diario. Me parece que sería un hombre muy feliz con ese en mi colección de un reloj.

The Edge: Maravilloso… Con esto ya acabamos: ¡gracias a los dos! ¡Ha sido una gran experiencia!

 

FIN