SAVOIR-FAIRE Tercera parte de savoir-faire: nuestros movimientos, perfeccionados a la micra

5 min

Acompáñenos a explorar en profundidad el extraordinario savoir-faire que nos caracteriza.

© TAG Heuer

Bienvenido a TAG Heuer. Acompáñenos a explorar en profundidad el extraordinario savoir-faire que nos caracteriza. En esta serie, le llevamos hasta los mismos talleres en los que se crean nuestros fantásticos relojes. Desde la primera idea hasta el pulido final de cada pieza perfeccionada, pasando por minuciosas etapas intermedias. ¿Ya es un experto en el arte de la relojería? Prepárese para llevar sus conocimientos a otro nivel con detalles cercanos y personales que seguramente conmoverán incluso a los maestros de la magia suiza. En el tercer capítulo, conoceremos al detalle las diferentes fases en la elaboración de un movimiento en Chevenez, Suiza. Seguiremos explorando los movimientos con un segundo capítulo en el que descubriremos el montaje de nuestros movimientos Heuer 02 de Manufactura en la sede central de La Chaux-de-Fonds.

© TAG Heuer

Esta manufactura y taller especializados nos permiten crear nuestros propios movimientos, vigilando de cerca los controles de calidad y el desarrollo de los productos para garantizar el alcance de la máxima excelencia. Producir nuestros propios movimientos Heuer 02 íntegramente de Manufactura es una parte importante del ambicioso savoir-faire técnico de TAG Heuer.

En Chevenez, buscamos constantemente la mayor precisión en nuestras prácticas. El proceso de elaboración del movimiento normalmente entraña varias fases complejas. Estas van desde el corte de los componentes de latón mediante máquinas de fresado con una precisión de 5 micras, hasta el escariado o la eliminación y perfeccionamiento de los bordes de dichos componentes. El recorte, el arenado, el montaje y la galvanoplastia se realizan antes del prensado y el ajuste de hasta 70 “joyas” (o rodamientos de joyas) y componentes de metal. Sencillo, ¿verdad?

© TAG Heuer

Veamos al detalle cada una de estas fases para conocer lo que da vida a un TAG Heuer.

Todo comienza con una máquina de prototipos, para probar ejemplos de nuevos movimientos o adaptar modelos ya existentes. Con la habilidad de producir complicaciones como tourbillons, esta máquina nos permite probar nuevas ideas y desarrollar herramientas que necesitaremos durante el proceso de elaboración. Estamos orgullosos de nuestra capacidad de producir todas las herramientas necesarias en la Manufactura, lo que nos permite tener aún más control sobre la calidad de las piezas que realizamos.

En cada fase, examinamos de manera exhaustiva la calidad, a menudo con un microscopio. Además, utilizamos indicadores digitales a gran escala para visualizar el movimiento de diversas piezas diminutas de cerca y una por una. Desde la concepción hasta la programación de nuestras máquinas, las evaluaciones de calidad precisas son de suma importancia.

El mecanizado de planchas de latón, la materia prima que terminará transformándose en increíbles estructuras complejas, incluye seis máquinas perfeccionadas dentro de un rango de +/- 5 micras. De esta forma, optimizamos la precisión en cada uno de nuestros movimientos.

  • © TAG Heuer

Como parte de nuestros objetivos para aumentar la sostenibilidad y mantener nuestro entorno natural extraordinario, hemos implementado diversas prácticas fundamentales para reducir los residuos, el consumo de energía y el impacto en el medio ambiente de los productos que utilizamos. En particular, ahora reciclamos sobrantes de los fragmentos de latón de los procesos de fresado y mecanizado. Implementamos el uso de energía solar siempre que sea posible. Hemos minimizado nuestro uso de químicos y nuestras emisiones globales desde 2016. Además, nuestras aguas grises ahora se envían a una empresa especializada para limpiarlas, filtrarlas y reciclarlas biológicamente.

El arenado crea el acabado estético de nuestros movimientos, perfeccionando y unificando las superficies para prepararlas para sus acabados finales. No obstante, este complicado proceso requiere un lavado y una limpieza posteriores exhaustivos, antes de aplicar los acabados, como la galvanoplastia de níquel. Asimismo, varios componentes son tratados con una capa fina e invisible de un material que sirve como barrera contra el derrame de aceite en todo el movimiento.

A continuación, diversos componentes se posicionan en la lámina de latón. Se configura un programa para posicionar cada componente con una excepcional precisión, al mismo tiempo que se comprueba la fuerza, presión y posición dentro de los diminutos agujeros, donde deben montarse para garantizar el correcto funcionamiento del movimiento. Alrededor de un 10 % de nuestros movimientos se somete a pruebas de calidad completas de un alto nivel para garantizar que los casi 70 componentes se encuentran siempre en el lugar perfecto antes de prensarlos en el movimiento. Estos componentes, que varían desde ruedas y tornillos hasta rubíes sintéticos, añaden lubricación al movimiento. Al reducir la fricción en sus muchas partes móviles, son capaces de preservar la eficiencia de nuestros relojes.

  • © TAG Heuer

El programa de control de calidad para esta fase del proceso se crea al mismo tiempo que el diseño del movimiento; cada componente debe posicionarse de acuerdo con el diseño del reloj en cuestión, con diminutas piezas ajustadas a la perfección en su lugar correspondiente. Se establece un “punto cero” para cada movimiento de reloj, para determinar la profundidad o altura exactas a las que se posicionan los componentes dentro de un rango de +/- 10 micras.

  • © TAG Heuer

Con cada una de las piezas en su posición, nuestros movimientos están listos para pasar a la siguiente fase del proceso en la sede central de La Chaux-de-Fonds. Permanezca atento para explorar cómo se incorporan nuestros emblemáticos movimientos Heuer 02 a nuestros relojes en nuestra sede central de La Chaux-de-Fonds.