ESTILO DE VIDA Una cita a toda velocidad con el speedrider Valentin Delluc

¿Vuelo en parapente o esquí? ¿Por qué elegir cuando podemos saltar desde las cimas nevadas y planear sobre las avalanchas, con los esquís en los pies y un parapente sobre nuestra cabeza? Ahí es justamente donde reside la magia del Speed Riding, también conocido como Speed Flying o esquí con parapente. El speedrider francés Valentin Delluc, conocido por sus espectaculares vídeos, es uno de los mayores especialistas de todo el mundo en esta disciplina.

Le damos la bienvenida, Valentin. ¿Podría explicarnos un poco qué es el Speed Riding?

 

Es una mezcla entre volar y hacer esquí. Utilizamos un planeador que es 3-4 veces más pequeño que un parapente y que nos permite planear solo cuando descendemos. ¡Podemos llegar a velocidades de hasta 144 kilómetros por hora! Este elemento permite esquiar en casi cualquier pendiente y despegar antes de llegar a un desnivel o a un obstáculo, cuando normalmente un esquiador tendría que utilizar una cuerda para descender. En esta disciplina todo es posible, desde volar sobre una avalancha o descender por el cable de un telesilla hasta esquiar por encima de los desniveles.

Valentin Delluc

Valentin Delluc

Entonces, ¿el equipo que necesita consiste en un planeador, un arnés similar al del parapente y unos esquís?

 

Exacto. Al principio, cuando se inventó el Speed Riding en la década de 2000, se utilizaban velas para volar similares a las del paracaidismo. Los fabricantes de parapentes no comenzaron a desarrollar velas específicas hasta 2006. Entonces, empezábamos a realizar vuelos fuera de pista, por lo que también necesitábamos un airbag, un detector de víctimas de avalanchas, una pala y una sonda. Era el mismo equipo que utilizan los alpinistas para ascender a los glaciares.

 

¿Cómo se convirtió en speedrider?

 

Me subí a los esquís por primera vez a los 2 años y medio, acompañado de mi padre. Con 11 años empecé a practicar parapente y con 18, Speed Riding. El detonante fue el accidente que mi hermano sufrió en ultraligero en 2010, él siempre había sido un gran seguidor del Speed Riding y quería que probase la experiencia con él. Después del accidente, quise saber qué se sentía, así que me compré una vela de Speed Riding. Fue entonces cuando lo comprendí todo inmediatamente. Las sensaciones que se sienten son increíbles, es muy difícil describirlo con palabras.

¿Qué hace falta para ser un gran speedrider?

 

Saber esquiar de forma adecuada, ya sea esquí de estilo libre, esquí alpino o esquí fuera de la pista (freeride). Quizás por eso Candide Thovex sea una inspiración tan grande para mí. Practicar otros deportes aeronáuticos también sirve de mucha ayuda. En mi caso, domino el parapente, el paracaidismo, el salto BASE y el kitesurf, y además soy monitor de ultraligero. Ya sea por mi hermano mayor o por gente como Antoine Montant, uno de los pioneros del Speed Riding y a quien admiro profundamente, hay que dejarse inspirar por lo que vemos y nos rodea. El Speed Riding es una actividad creativa cuyo objetivo es disfrutar.

Valentin Delluc con el reloj TAG Heuer Aquaracer Professional 200 (WBP2110.BA0627)

¿Cuál sería el escenarios de sus sueños para practicar esta disciplina?

 

La cara norte de Aiguille du Midi es mi zona de entrenamiento de alta montaña favorita. El escenario perfecto sería una gran montaña escarpada con cañones, desfiladeros, seracs y avalanchas. El entorno natural se convierte en nuestro terreno de juego, así que no hace falta ninguna infraestructura específica, ¡eso es lo bueno!

 

¿Hay algún descenso memorable que quisiera compartir con nosotros?

 

Quedarme con solo uno es muy complicado. Sin embargo, diría que uno de mis descensos más importantes es aquel en el que me deslicé por el cable de un telesilla en Avoriaz, allá por 2014. Después, logré conseguir dos victorias en el campeonato francés de Speed Riding que realmente impulsaron mi carrera. También recuerdo con un cariño especial mi vuelo nocturno sobre el glaciar de Bossons. ¡Solo teníamos una oportunidad para grabarlo todo!

¿Cómo son sus entrenamientos?

 

El mejor entrenamiento físico y mental es la práctica sobre el terreno, ¡nada sustituye al entrenamiento real! Cuando termina el invierno, empiezo a practicar Speed Riding con las velas de alta velocidad, pero a pie, sin esquís. El 90% de las veces es un entrenamiento corto, pero muy intenso: hago 3 horas de travesía para poder volar durante 2-3 minutos. También entreno los músculos, realizando estiramientos y ejercicios para mejorar la propiocepción. Todas las actividades deportivas se complementan entre sí. En cuanto al aspecto mental, me entreno para poder prever y anticipar todo lo posible.

 

¿Cómo se prepara antes de un descenso? ¿Cómo se siente cuando llega el esperado momento?

 

Tengo una lista en la que compruebo mi equipamiento y estudio las condiciones meteorológicas para estar preparado. En cuanto a la segunda pregunta, mis sensaciones dependen de la intensidad del descenso. Cuando inicio el descenso, estoy realmente concentrado y suelo mantenerme en ese estado mental durante todo el trayecto. Por lo general, dejo salir todas mis emociones cuando aterrizo. La mayoría de las veces lo hago con una gran sonrisa. Después, solo quiero chasquear los dedos y repetirlo todo en el momento.

Valentin Delluc

Valentin Delluc

¿Cómo gestiona el peligro? ¿Y el miedo?

 

Es como cuando vamos en coche: podemos elegir entre ponernos en peligro o no hacerlo. Lo bueno es que… ¡en el aire no hay tanto tráfico! Siempre hay que minimizar los riesgos mediante el entrenamiento, eligiendo las condiciones meteorológicas adecuadas y sintiéndose bien tanto mental como físicamente. No me expongo nunca a ningún peligro innecesario. Si no tengo buenas sensaciones, no realizaré el descenso: todo debe ser perfecto. Sin embargo, esto no significa que nunca debamos tener miedo, de hecho es justo lo contrario. El miedo acelera el pulso y estimula los sentidos, por lo que es importante a la hora de practicar esta disciplina. No obstante, debemos evitar sentirnos invencibles. Al fin y al cabo, no debemos olvidar que los humanos no somos aves, no hemos sido creados para volar.

 

¿Qué influencia tiene el Speed Riding en su forma de ser?

 

Soy de todo menos de correr riesgos. Los primeros niveles de aprendizaje son importantes ya que, si nos los saltamos, puede haber riesgos, y en esta disciplina cualquier pequeño error puede costarnos la vida. El Speed Riding me ha enseñado a ser humilde y a respetar la naturaleza, que siempre será mucho más poderosa de lo que nosotros podamos llegar a ser. Esta es una gran lección que nos enseña la vida.

¿Cree que el Speed Riding tiene relación con el amor hacia la naturaleza?

 

Totalmente, para mí esta disciplina es toda una actividad natural. Desde el momento en el que se fabrican las velas, uno puede practicar esta actividad de forma autónoma y sin contaminar. Para salir a explorar la montaña en busca de nuevas rutas solo necesitamos una mochila y una vela. Soy consciente de lo frágil que es nuestro ecosistema, de hecho también soy apicultor. Me encanta estar en la montaña, es donde me siento bien, y es justamente lo que me produce el Speed Riding.

 

¡Le damos las gracias, Valentin!

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