SAVOIR-FAIRE El pulso de carbono de la precisión
3 min
En 1675, el científico neerlandés Christiaan Huygens transformó la relojería con una innovación revolucionaria: el muelle espiral. Esta esbelta espiral, unida al volante, se convirtió en el órgano regulador del cronometraje mecánico, una garantía de que cada oscilación latiese a una frecuencia precisa. El invento hizo realidad los relojes portátiles y precisos, un latido para todos los movimientos mecánicos que le siguieron.
Tres siglos y medio después, el principio permanece inalterado, aunque las exigencias de la relojería moderna nunca han sido mayores. Para TAG Heuer, cuya relojería de vanguardia aúna tradición e innovación incesante, el muelle espiral no era un componente que conservar intacto, sino una frontera por conquistar.
LA VENTAJA DE TH-CARBONSPRING
En el corazón de su rendimiento está la naturaleza única del compuesto de carbono. Sorprendentemente ligero, el TH-Carbonspring ofrece una cronometría excepcional y responde con agilidad y precisión a cada oscilación. Su estructura amagnética lo protege de las interferencias invisibles de los campos magnéticos, mientras que su excepcional resistencia a los golpes garantiza su estabilidad incluso en las condiciones más duras. Las fluctuaciones de temperatura no suponen una amenaza para su precisión, lo que garantiza un cronometraje inquebrantable allá donde viaje. Para liberar todo su potencial, TAG Heuer combina el muelle TH-Carbonspring con un volante de aluminio específico, provisto de inserciones de oro para compensar la temperatura. Juntos, forman un órgano regulador perfectamente afinado.
INGENIERÍA A NIVEL ATÓMICO
La creación del TH-Carbonspring comienza con la deposición química de vapor (CVD) dentro de una cámara de alta temperatura, donde los gases de hidrocarburo se descomponen a 600-850 °C sobre una capa catalizadora metálica. Esta reacción controlada construye un delicado andamiaje tridimensional de carbono, átomo a átomo. Cada lote se elabora mediante un ciclo a medida que dura hasta ocho horas, optimizado para ofrecer precisión y durabilidad.
Una vez formada, cada espiral se somete a una rigurosa inspección visual y a pruebas mecánicas para medir su rigidez e integridad. Solo los mejores superan los exigentes estándares de TAG Heuer antes de ser emparejados con su volante a medida. Todo el proceso, desde el concepto hasta el montaje final, se realiza íntegramente en el laboratorio TAG Heuer.
PRECISIÓN PARA EL FUTURO
En 2025, la innovadora tecnología TH-Carbonspring se introduce en dos notables relojes de la relojería de vanguardia: el TAG Heuer Carrera Chronograph Tourbillon Extreme Sport TH-Carbonspring y el TAG Heuer Monaco Flyback Chronograph TH-Carbonspring. Ambos modelos encarnan el espíritu de innovación que define la visión relojera de alta gama de TAG Heuer.
En la búsqueda incesante del rendimiento, incluso el componente más pequeño puede impulsar el mayor salto adelante. En manos de TAG Heuer, el pulso del muelle espiral late ahora en carbono. Un nuevo corazón para el futuro de la precisión.