Relojes La historia de las colecciones legendarias de TAG Heuer
3 min
Con 164 años de creación y desarrollo de nuevas tecnologías, formas y tamaños, TAG Heuer ofrece hoy 7 colecciones apasionantes. Así que empecemos, por orden cronológico.
Autavia: como especialista en cronómetros, TAG Heuer introdujo un modelo de salpicadero de 12 horas en 1933. Desde aquel primer reloj de salpicadero AUTAVIA (contracción de AUTomoción y AVIAción) para pilotos aficionados y profesionales, los modelos evolucionaron de un solo pulsador a un segundo pulsador, y de cronógrafos de dos a tres registros. Este último también se utilizó en cronógrafos de pulsera desde finales de los años 50 hasta los 70 para un segundo huso horario en el Twin-Time, un triple calendario, las fases lunares o incluso información sobre las mareas con un disco giratorio añadida a la versión “Seafarer“, fabricada para Abercombie & Fitch, y al colorido “Solunagraph“, para Orvis, modelos apreciados hoy en día por los coleccionistas de modelos vintage.
Con precisión y robustez, Heuer se convirtió en EL contador de salpicadero en aviones, coches de carreras y de rally. No obstante, si bien la atención se desvió de los cronómetros cuando el bisnieto del fundador, Jack Heuer, llegó a la empresa en 1958, fue un cronómetro Heuer el que el astronauta estadounidense John Glenn llevó en la muñeca para cronometrar su vuelo de 4 horas y 56 minutos alrededor de la tierra en 1962. En julio de 1969, un segundo cronómetro Heuer cronometró el aterrizaje del Eagle en la superficie lunar. Ambos están ahora expuestos en el museo Smithsonian de Washington D.C.
Jack Heuer, apasionado del automovilismo, se centró en los relojes de pulsera y, en particular, en los cronógrafos. En 1962 decidió dar nombre a los modelos, empezando por el Autavia, un instrumento para automóviles y aviación con un bisel giratorio para seguir los minutos o las horas, y una escala taquimétrica para indicar la velocidad o un segundo huso horario. Más tarde, en 1969, Heuer patrocinó al piloto suizo de Fórmula 1 Jo Siffert, que lució el Heuer Autavia Ref. 1163 con su icónico diseño “panda”. Heuer se convirtió entonces en la primera marca ajena al automovilismo en aparecer en un coche de Fórmula 1.
El automovilismo en el ADN
En 1963, se presentó el TAG Heuer Carrera, llamado así en honor a la Carrera Panamericana de México de 1950 a 1954, particularmente admirada por Jack Heuer. Con un diseño inspirado en el automovilismo, fuertes asas angulares y esferas con escalas de taquímetro, minutos decimales o pulsómetro, se hizo aún más versátil con modelos de triple calendario y cajas de acero u oro. Dos años después de patrocinar a Siffert, Heuer propuso a Ferrari un nuevo sistema de medición del tiempo electrónico Centigraph, convirtiéndose así en patrocinador de un equipo de Fórmula 1… ¡Y menudo equipo! Mario Andretti, Jacky Ickx, Niki Lauda, Clay Regazzoni y Gilles Villeneuve lucieron cronógrafos Heuer. Jack Heuer obsequió a cada uno de ellos con un TAG Heuer Carrera de oro de 18 quilates.
El reloj Camaro “coche deportivo” y el reloj de navegación Skipper se unieron a las colecciones en 1968, y en 1969 Heuer introdujo los primeros cronógrafos automáticos del mundo con el TAG Heuer Autavia, el TAG Heuer Carrera y el recién lanzado modelo TAG Heuer Monaco, creado para conmemorar el Gran Premio de Mónaco. Nuevas formas, nuevos colores y todos equipados con el nuevo movimiento Chronomatic (para cronógrafos y relojes automáticos), también conocido como Calibre 11.
¡El TAG Heuer Monaco, con su innovadora caja cuadrada de 38 mm estanca hasta 100 metros, fue toda una primicia! Presentado en Ginebra y Nueva York, fue Steve McQueen quien realmente le dio fama internacional cuando lo lució en la película “Le Mans” de 1971, con esfera azul, subesferas blancas, pulsadores a la derecha y… corona a la izquierda para esta primera versión, para mostrar que no requería darle cuerda porque era automático.
En 1975, la escudería Ferrari ganó los campeonatos de constructores y pilotos de Fórmula 1 por primera vez desde 1964, una victoria atribuida en gran medida al equipo de cronometraje Centigraph suministrado por Heuer. Para celebrarlo, la colección TAG Heuer Monza se lanzó en 1976, en la que la marca utilizó por primera vez una caja con revestimiento negro, capturando el espíritu del legendario circuito italiano amplificado por una esfera inspirada en los salpicaderos.
De los años 80 a 2004 se inició una nueva era, con una transición de los cronógrafos mecánicos a los relojes con un diseño más moderno. La mayoría de los modelos siguen en el catálogo actual.
Los relojes de buceo se presentaron en 1979, con movimientos automáticos o de cuarzo, esferas negras o de colores vivos, en tamaños unisex que van desde los 28 a los 42 mm. El Aquaracer actual, que se lanzó en 2004, presenta características exclusivas como estanqueidad hasta los 200 metros, corona enroscada, bisel unidireccional y doble cierre en el brazalete de acero, además de cristales de zafiro y marcadores luminiscentes.
La colección TAG Heuer Fórmula 1, presentado en 1986, ofrece colores brillantes, cajas de plástico, movimientos de cuarzo y un packaging divertido. También tiene una estanqueidad hasta 200 metros y un bisel marcado en minutos.
En 1987, el campeón de Fórmula 1 Ayrton Senna contribuyó al diseño de un brazalete único para un reloj deportivo y elegante: el S/el diseñado por Eddy Schôpfer. En 1999 pasó a llamarse Link gracias a su distintivo brazalete integrado en forma de S.
En 1996 se realizaron las primeras reediciones de la marca de cronógrafos clásicos de la década de 1960. Los modelos TAG Heuer Carrera y Monaco siguen en el catálogo actual, junto con el Autavia que regresó en 2017, todos en ediciones limitadas, a menudo con motivo de su aniversario.
Los avances técnicos continúan, entre los que destaca el movimiento Heuer 02 que equipa la icónica colección Carrera, Monaco y los nuevos modelos Monza o Autavia Chronometer Flyback.
Siguiendo con sus orígenes de Techniques d’Avant Garde, en 2015 presentaron el primer reloj inteligente suizo de lujo, el TAG Heuer Connected Watch con la última tecnología de los socios Intel y Google, y la serie Connected Modular en 2017, que permite a los usuarios cambiar el módulo del smartwatch por uno automático utilizando la misma correa y las mismas asas. Todo esto es la prueba de que las colecciones y los iconos legendarios siempre formarán parte de la familia TAG Heuer.