Relojes Los regalos del tiempo: una historia de TAG Heuer

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Tras cada reloj TAG Heuer, se esconde una historia mágica.

Los escaparates de las tiendas durante las fiestas son un bonito espectáculo. Luces deslumbrantes, cajas de colores, cintas perfectamente colocadas para adornar los regalos. Las vitrinas se llenan de una gran variedad de tonos y esculturas ornamentadas, con el objetivo de evocar una misma emoción: la alegría. Efectivamente, todos los escaparates se decoran con cuidado durante las fiestas. Y, si observa atentamente un escaparate de TAG Heuer, descubrirá un toque extra de magia. Lo único que se necesita es un poco de imaginación y mucho espíritu navideño. Con esto en mente, vamos a sumergirnos en el mundo atemporal de TAG Heuer. En este lugar encontrará relojes icónicos, envoltorios navideños y la sorpresa más inesperada de todas: nuestros flamantes duendes. Le damos la bienvenida a “Los regalos del tiempo: una historia de TAG Heuer”.

La víspera

Más allá del bello mundo artesanal de nuestros escaparates se encuentra el País de TAG Heuer. Se trata de un universo nevado habitado por los enérgicos duendes de TAG Heuer. Trabajan con ahínco hasta altas horas de la noche porque tienen un plazo muy ajustado. Con las fiestas a la vuelta de la esquina, la labor de los duendes consiste en crear relojes que se ganen el corazón de la gente en cualquier lugar. Cada reloj que fabrican exige habilidad y maestría artesanal. Cuando el propietario abra la caja estas fiestas, cada pulsador, cada esfera, cada caja, cada detalle debe inspirarle alegría. Los duendes no pueden sucumbir a la presión. Utilizan sus herramientas especiales para soldar, estampar, pulir, pintar y ensamblar los relojes más exquisitos. Cuando cada centímetro de cada pieza ha recibido el visto bueno, se envía al Departamento de los Regalos Oportunos. Allí, los relojes se colocan dentro de unas elegantes cajas envueltas con magníficas cintas. Las cajas se apilan y se sujetan en la parte trasera de nuestros veloces vehículos TAG Heuer. Y ya están listas para entregarse, justo a tiempo para las fiestas. La noche ha sido larga pero dichosa para los hábiles duendes.

Servicio de entrega a cargo de unos intrépidos duendes

Sale el sol en el País de TAG Heuer. Ha llegado el día de repartir los regalos, el día en que los duendes llevan los relojes a los escaparates. Y quienes se encargan de hacerlo no son unos duendes cualquiera. Son los más intrépidos del País de TAG Heuer. Ryan Gosling es el encargado de llevar el maravilloso TAG Heuer Carrera en su veloz Porsche. Ayrton Senna está al volante del vehículo que lleva otro legendario TAG Heuer Carrera. Y, por supuesto, Max Verstappen y Sergio Pérez, del equipo Red Bull Racing, se encargan de los coloridos relojes Formula 1. El clásico TAG Heuer Monaco está en manos de Steve McQueen, que lleva un clásico vehículo con los inolvidables colores distintivos de Gulf. El día en cuestión, los demás duendes se reúnen tras los vehículos y miran el gran reloj TAG Heuer Monaco que preside el almacén. En cuanto marca la “Hora de celebrar”, suenan las campanas, se abren las puertas y los veloces vehículos emprenden su viaje. Bajan a toda velocidad por las pendientes del País de TAG Heuer. Los duendes que trabajan en los escaparates los animan. Los vehículos pasan a toda velocidad por el acantilado TAG Heuer, sobre el que destaca el TAG Heuer Aquaracer, el regalo perfecto para los aventureros a los que les gusta trascender los límites. Los veloces vehículos se deslizan bajo el puente del reloj TAG Heuer Connected. Esta nueva generación de relojes muestra las décimas de segundo que les quedan antes de llegar a su destino final: los escaparates. ¿Pero llegarán a tiempo?

Los escaparates del tiempo

Grandes espirales y rascacielos de cajas de regalo se alzan en la parte delantera de los vehículos que se acercan. Los intrépidos duendes que entregan los regalos han llegado al escaparate. Ahora, los duendes de la tienda de TAG Heuer tienen que asegurarse de encontrar el lugar adecuado en el escaparate para cada regalo. Se abren algunas cajas, que se colocan con gusto para que el brillo de los relojes capte la atención de los compradores. Una vez está todo montado, los duendes tienen que resolver un último detalle: conectar el enchufe gigante a la pared y encender las deslumbrantes luces que rodean el escaparate. Y lo han conseguido, los duendes han creado un escaparate mágico justo a tiempo. Una prueba de que hasta las manos más pequeñas pueden ofrecernos unas fiestas maravillosas. ¿Todavía está preparándose para estas fiestas? La próxima vez que vaya de compras, acérquese a un escaparate de TAG Heuer y eche un vistazo. Puede que encuentre un regalo hecho en Suiza que despierte su espíritu navideño.

 

Ah, y ¡felices fiestas a todos!