Podcast Podcast, Temporada 2, Episodio 4: Cuando Jacob Elordi y Patrick Dempsey se enamoraron del cine
Hay momentos en los que el tiempo queda suspendido. Otros en los que nos encontramos a las puertas de la grandeza y otros que superan el paso del tiempo. Personas extraordinarias comparten sus experiencias sobre el momento que lo cambió todo: récords mundiales, un campeonato mundial, revelaciones o decisiones que cambian vidas. Nuestros invitados e invitadas repasan estos momentos y nos explican cómo superaron la presión, el miedo o el dolor y se esforzaron hasta el límite. Solo en The Edge.
En este episodio, oirá hablar no solo de uno, sino de dos grandes actores. Jacob Elordi y Patrick Dempsey Jacob Elordi, la estrella de 24 años conocida por la serie <i>Euphoria</i>, se ha convertido en uno de los talentos más destacados de su generación. Y a Patrick Dempsey lo conocemos todos. No solo es un respetado actor, sino también un piloto de carreras y un entusiasta del automovilismo. El amor compartido por el cine y los coches de carreras hizo que tuviéramos que encontrar el escenario perfecto para juntarlos. Por eso, hemos grabado este pódcast en el Gran Premio de Mónaco 2022.
Presentado por Teo Van Den Broeke, director de estilo de la edición británica de GQ, podrá revivir los momentos que forjaron las carreras de Elordi y Dempsey. También escuchará lo que les impulsa, les inspira y cuáles son sus mayores metas.
Escuche la conversación completa buscando “The Edge TAG Heuer” dondequiera que escuche sus pódcast:
¿Nuestro objetivo?Ser mensualmente la fuente de combustible que necesita para que sus límites muerdan el polvo.
Atención: ¿tiene solo un minuto?
He aquí algunos fragmentos para situarse en la línea de salida y hacer que la adrenalina se dispare. Pero no olvide suscribirse a nuestro Podcast para poder oír todo el episodio sin filtros más adelante. The Edge es una serie de conversaciones con personas extraordinarias que viven al límite de las posibilidades. Se trata de la fina línea entre formar parte de la victoria o transformarse en la victoria; va sobre lo que nos sitúa en nuestros límites y qué podemos hacer para superarlos.
Cuando se enamoraron del cine
Jacob Elordi: Recuerdo que cuando tenía 12 años, podía conseguir una película para mayores de 15 años. Así que iba directo a la sección de terror y sacaba estas películas sangrientas y espantosas. Y así fue como me enamoré del cine. El proceso de tener el DVD, sacarlo y ponerlo en el reproductor.
Patrick Dempsey: Fue en el colegio, justo antes de las vacaciones de Acción de Gracias. Iban a proyectar <i>Grandes esperanzas</i> en la cafetería. <i>Grandes esperanzas</i> de David Lean. Recuerdo que me quedé absorto con esa película, con lo bien rodada que estaba y con lo oscura y aterradora que era.
Por qué decidieron continuar con la interpretación
Patrick Dempsey: Estaba en una compañía de vodevil, y actúa mientras hacía malabares y comedia. Así que me ofrecieron actuar en una obra de teatro. Y en ese café teatro fue donde me picó el gusanillo. Cumplí los 17 años, y recuerdo que pensé que me encantaría hacer esto de manera profesional. Y empezaron a salir las cosas. Recuerdo perfectamente ese momento. Vengo de un pueblo muy pequeño a las afueras de Maine, de donde nadie sale. Y la gente me decía: “Puede que hagas más café-teatro. Puedes actuar con la compañía de vodevil. Pero no vas a conseguirlo”. Acabé haciendo un pequeño concurso de malabares y comedia en el pueblo y un agente me dijo: “Deberías venir a Nueva York para este concurso de talentos”. Y lo hice, reuní el dinero para volar a Nueva York gracias a mis vecinos. Y conseguí un agente. Así es como empezó todo.
Jacob Elordi: Cuando estaba en el instituto, viví en Melbourne y leía Esperando a Godot de Beckett. Obviamente, no entendía nada. Pero recuerdo sentirme de una forma y, por alguna razón, al leer esa obra… algo hizo clic, algo cambió. Luego hice una obra. Hice Romeo y Julieta e interpreté a Mercucio. Y esa fue la primera vez que sentí que había conmovido al público. Me sentí como yo mismo por primera vez. Y me sentí tan vivo. Desde de esos dos momentos, ya no supe hacer otra cosa. No había otra cosa que me diera alegría. No me interesaba nada más.
¿Es la autocrítica una de las claves del éxito?
Jacob Elordi: Me gusta mucho ser muy crítico conmigo mismo. Me hace exigirme una cierta calidad de trabajo. Son como mis propios parámetros. Y si tengo un nivel en mente, tengo que conseguirlo o superarlo. Eso hace que no pierda el interés en mi trabajo. Y siento que si estoy pidiendo a la gente que saque tiempo de su día para ver mi trabajo, tengo que darles un nivel de verdad, dedicación y tiempo al contenido que aparece en la pantalla.
Patrick Dempsey: Creo que es una evolución constante, sabes cuáles son tus puntos fuertes y débiles. Y tratas de mejorar en cada proyecto. Trabajar en eso [tus puntos débiles] un poco más y perfeccionarlo, centrándote en el proceso. Estar más involucrado en él. Creo que eso ayuda.
Sus primeras actuaciones
Jacob Elordi: Creo que tendría 12 o 13. Interpreté al Gato en el Sombrero en Seussical: Creo que a día de hoy ese musical es una de mis mejores actuaciones. La verdad que fue totalmente desinhibido y libre. Esta profesora, que era un poco revoltosa, me dijo: “Tienes que interpretar al Gato en Seussical”. Y yo estaba como: “Por supuesto que no”. Y bueno, luego mi madre me empujó a hacerlo. Había que cantar y bailar, y creo que ahora me haría una bolita y me escondería para no hacerlo. Sí, es aterrador.
Patrick Dempsey: Fue una obra original que hicimos cuando estuve en un campamento de teatro de verano en el norte de Maine. Yo hacía de conejo y tenía que cantar y bailar y hacer todo eso. Solo recuerdo que formaba parte del grupo y que era muy divertido. Disfruté de la inmersión total en el verano, porque te levantas por la mañana bailando, cantando, trabajando en obras de teatro y musicales y cosas así. Fue muy divertido. Y ahí fue donde me picó el gusanillo del todo.
Las similitudes que hay entre la conducción de coches de carreras y la intepretación
Patrick Dempsey: Te da como un subidón antes de subirte en el coche. Es lo mismo, como cuando subes al escenario. Además, al ser conocido, siempre hay gente mirándote. Así que tienes que aprender a bloquear eso. Pero es cuestión de compañerismo, y hasta dónde puedes llegar. Creo que es una batalla interna con uno mismo y luego como un baile con tus compañeros de competición.