DEPORTES Su pase de acceso completo al Día 3 del Gran Premio Histórico de Mónaco
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15 de mayo de 2022, Mónaco
Cada uno se prepara para los días importantes a su manera. Algunos son supersticiosos. Otros prefieren meditar o estar con amigos y familiares para mantener los nervios a raya. La mayoría de los pilotos tienen sus rituales especiales antes de las carreras. Como llevar relojes, zapatos o cascos que consideran de la suerte. ¿Pero cómo se prepara Mónaco para sus días importantes? Estamos a punto de descubrirlo, ya que es el día de las carreras en el Gran Premio Histórico de Mónaco.
El sol ya se ha preparado para el gran día iluminando el circuito de Mónaco. El mar también se ha preparado para el gran día acogiendo cientos de barcos y yates. Se pueden ver a aficionados observando la pista desde sus lujosas cubiertas. El cielo también está preparado para el gran día. Uniéndose con los tonos del mar, ha creado un único gran fondo azul. El lienzo perfecto para cualquier carrera. Incluso el recorrido se ha vestido para la ocasión. Nuevas vallas publicitarias cubren los puentes y barreras. El podio se alza brillante tras los boxes. A continuación, motores ronronean en el paddock, ofreciéndonos una muestra de lo que se avecina. A medida que los aficionados toman asiento en las gradas, sus oídos son deleitados con el himno monegasco, el himno nacional de Mónaco. Como una alfombra roja, la pista espera sus pilotos y su coches de 8 épocas diferentes. Así es como Mónaco se prepara para sus días importantes.
Fusión con la pista
El ruido de los motores es ensordecedor. Ningunos tapones pueden hacen que los rugidos no alcancen y sacudan su alma. Es una experiencia extremadamente íntima. Incluso en grupo, uno siente que está fusionado con la pista de Mónaco. Al recorrerla, se puede apreciar lo cerca que se puede llegar a estar en algunas zonas del circuito. Solo unas cuantas barreras y una alambrada nos separan de los vertiginosamente rápidos coches de carrera. En un punto, cerca de Piscine, no hay barrera, ni valla, nada entre nosotros y los coches de carrera. Desde aquí, no es necesario ser un fotógrafo para conseguir buenas fotos de los coches a toda velocidad. Podría perfectamente deambular por la pista, pero sería una idea horrible. Los comisarios están muy atentos, asegurándose de que está lo suficientemente cerca de la acción, pero sin correr ningún riesgo. Es muy fácil dejarse llevar cuando se ven coches de carreras a un brazo de distancia.
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Un TAG Heuer Monaco para ganar en Mónaco
El Gran Premio Histórico de Mónaco ha sido pensado para ser un evento distendido. De hecho, se creó para ser un espectáculo más que una carrera. Las verdaderas estrellas son los coches. Sin embargo, cuando un piloto ve un podio, no puede no darlo todo. Stuart Hall es un vivo ejemplo de este hecho: un británico que ha ganado no una, sino dos carreras. Si hay un podio, los pilotos quieren estar en lo más alto. Quieren el trofeo, quieren escuchar sus himnos, quieren experimentar la emoción de ser parte de este evento histórico. Algo razonable, es en lo que consiste el automovilismo. ¿A quién no le gusta una pequeña competición? Aparte del trofeo, los elogios y los himnos, a los pilotos ganadores se les entrega un reloj. Y no es solo un reloj. Les entregamos un nuevo TAG Heuer Monaco Gulf Special Edition. ¿Qué le parece? Si es lo que hace que los pilotos sean extremadamente competitivos en la pista, no nos culpe.
La línea de meta es solo el principio
El gran día está repleto de puntos destacados. Claudia Hürtgen, sustituyendo a Alex Birkenstock, gana la carrera con su Ferrari 246. Stuart Hall obtiene el oro en las Carreras D y E. El momento en el que un famoso piloto de Fórmula 1 monegasco y el gran Jackie Ickx se montaron en unos Ferrari y salieron a dar unas vueltas de demostración. Los aficionados tuvieron el corazón en un puño durante unos segundos cuando un coche de la Carrera G quedó destrozado tras chocar contra las barreras. No pintaba bien, pero los comisarios no tardaron en llegar. Le gustará saber que el piloto está sano y salvo. Los Lotus consiguieron el triplete en la Carrera G. Y, luego, está el momento en el que los comisarios salen y, situados en línea en los laterales, ondean sus banderas amarillas, rojas y verdes, saludando a los 22 coches de la Carrera G mientras descansan tras la última vuelta del día a la pista. Es un momento precioso. Y fiel a su reputación, Mónaco ha estado a la altura de las circunstancias. No hay duda de por qué la gente continúa viniendo una y otra vez.
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Los aficionados van abandonando las gradas muy a su pesar. Por su actitud, se puede apreciar que no quieren que este Gran Premio acabe. Algunos se dirigen a los ascensores, otros a la estación de tren o al aeropuerto de Niza, otros vuelven a sus hoteles. Vayan a donde vayan, se llevarán con ellos los recuerdos de este Gran Premio. Todos regresarán a casa sintiéndose ganadores.
De vuelta al paddock, alrededor del circuito, dentro de las ambulancias, se ven los mecánicos, los comisarios y los médicos terminando de recoger todo, aliviados de que el gran día haya sido todo un éxito. Las calles volverán a abrirse en unas horas, la gente volverá a su realidad y Mónaco recordará de nuevo lo que es estar en silencio.