CUENTOS EXPERTOS EN TIEMPO: Darren Heath

Conversamos con el hombre que convierte el automovilismo en un arte atemporal.

8 min

Su obra está presente en periódicos y revistas. También en carteles y magníficos libros sobre este deporte. Puede que no conozca su nombre, pero los artistas como Darren Heath captan la atención a través de su obra.

Heath, ganador de varios galardones, hace de su cámara un pincel. Ha revolucionado la concepción de la Fórmula 1. Por medio de la velocidad, la luz y el color, Heath crea imágenes atemporales de un deporte que desafía al tiempo constantemente. En esta conversación, hablaremos sobre el automovilismo, el tiempo y la vida vistos desde el objetivo de Darren Heath.

 

Retrocedamos en el tiempo, Darren. ¿Cuándo se enamoró de la fotografía?

Bueno, a mi familia le apasiona el arte. Especialmente a mi madre y mi padre. Mi madre ha sido artista durante muchos años. Y mi tío es uno de los mejores diseñadores de yates de lujo del mundo. Pero, en realidad, mi pasión por la fotografía surgió a raíz de mi interés por el automovilismo. Desde muy joven, iba a las carreras con mi padre, y alrededor de los 12 años conseguí una cámara. Las circunstancias dieron lugar a que combinase ambas cosas.

 

¿Cuándo se dio cuenta de que eso era lo que quería hacer el resto de su vida?

Sin ánimo de ser arrogante, enseguida me di cuenta de que era bastante bueno en ello. Surgió de forma natural. Parecía saber qué hacer, dónde colocarme, apreciar la luz, interpretar la carrera de forma adecuada… Empecé a gastar el dinero que conseguía en equipos fotográficos, y cuando tenía unos 14 años decidí que ese sería el centro de mi vida profesional.

 

¿Por qué la Fórmula 1?

La Fórmula 1 es la cúspide. Es donde cualquier fotógrafo joven que se dedique al automovilismo desea estar. No dejaba de molestar a mi padre para que me llevara a los circuitos, me dejara por la mañana y me recogiera por la tarde. A partir de ahí fue una progresión.

 

¿Qué le entusiasmaba de la fotografía de la Fórmula 1?

Algunos fotógrafos, especialmente japoneses… No se trataba tanto de admirarlos como de contemplar el estilo y las sensaciones que transmitían. Lo que realmente me entusiasmaba era su colorismo y su velocidad impresionista.

Gran Premio de Singapur, 2019. Fotografía de Darren Heath (@artoff1)

¿Esto representaba la fotografía de la Fórmula 1 en general?

Hablamos de finales de los 70, principios de los 80… esa época. Había dos fotógrafos franceses a los que admiraba especialmente por su uso de la luz y el color. Y por lo que aportaban a su obra. Sin embargo, la fotografía de la Fórmula 1 solía mostrar imágenes de los vehículos aislados. Se deshacía del dinamismo y la emoción que caracterizan al deporte para mostrar los vehículos en fotografías donde aparecían el nombre del patrocinador y cada detalle de los neumáticos, sin ningún tipo de vida. Decidí que mi carrera debía regirse por mis principios, y que debía mostrar lo que la Fórmula 1 significa para mí.

 

¿Hubo algún momento que cambiara el curso de su carrera?

Sucedió al principio. Debían operarme del pie, por lo que no podía trabajar durante una carrera y fui a verla con un amigo que sí trabajaba. Me senté junto a una curva del circuito para verla. Era un evento de fórmula júnior que solo duraba entre 25 minutos y media hora. Cuando cubres un evento como este, lo haces a toda velocidad. Fotografías a los pilotos preparándose y la salida, te desplazas hacia las curvas que puedes alcanzar a tiempo y te apresuras para captar imágenes de la llegada y la celebración de la victoria en el podio. Al ver la carrera allí sentado… todo pareció ralentizarse. Vi cómo se desarrollaba y observé cómo trabajaban otros fotógrafos. En aquel instante, en 1989, me di cuenta de que disponemos de más tiempo del que creemos. Fue un momento determinante de mi carrera.

 

Parece que lo cambió todo.

(Ríe) Sí. Observaba a los fotógrafos correr de un lado para otro. Me miraban como preguntándose qué hacía ahí parado sin hacer nada. Pero trataba de observar lo que sucedía antes de tomar ninguna fotografía. Quizás tenga que ver con el momento del que hablamos. Estamos obsesionados ir siempre deprisa. Todo ocurre tan rápido… Algunas veces trato de ralentizar las cosas.

Tenemos curiosidad por saber qué les parece su trabajo a los pilotos.

Una vez hice una sesión privada con un conocido piloto de Fórmula 1. Se sentó en el coche y me presenté. Me preguntó si era el fotógrafo que captaba imágenes diferentes. Puede que no supiera mi nombre, pero aquello fue suficiente. Todo el mundo tiene o debería tener una marca y una percepción de lo que representa. Aquel piloto dijo lo que tenía que decir, que soy ese fotógrafo que hace algo diferente. Es lo que todos intentamos, destacar. Dicho esto, y espero que esto no suene demasiado falso o despectivo, la mayoría de los pilotos de Fórmula 1 no sabe reconocer una buena fotografía. (Ríe) Solo piensan en las carreras, y cuando no compiten tienen otras cosas en mente. Y no es la fotografía.

 

¿Se arrepiente de no haber capturado algún momento?

Todavía me emociono al pensar en el Gran Premio de Abu Dhabi de 2016. Cuando Nico Rosberg ganó el campeonato del mundo, me situé en la posición idónea con el objetivo perfecto para fotografiarlo. Todos recordamos su parada en la línea de meta, generando mucho humo al hacer trompos con su coche. Salió del coche y se puso sobre el capó, en la parte delantera, y yo lo capté. Mientras tomaba las fotografías, pensaba que era fantástico. Entonces saltó a escasa altura con las piernas flexionadas y los brazos extendidos. No disparé cuando se elevó y extendió los brazos. Aún no comprendo por qué lo hice. Quizás fue el momento. La emoción que sentí. Aunque no tenía ningún vínculo con él… Todavía me arrepiento de no haber disparado en aquel momento. No es imperdonable si pienso en toda mi carrera, pero es un instante que recuerdo. Fue el perfecto reflejo de aquella carrera, y quizás de ese año, pero nunca he hablado de ello.

Gran Premio de Estados Unidos, 2019. Fotografía de Darren Heath (@artoff1)

Tenemos una pregunta un tanto profunda. ¿Cuál es su relación con el tiempo? En su trabajo y en general.

(Ríe) Es una pregunta profunda.

 

Trataré de ser coherente.

Supongo que, en un sentido materialista, me encantan los relojes. Tengo una buena colección, incluidos algunos Heuer. Y no lo digo porque estoy aquí. El primer reloj que me obsesionó fue el Monaco, porque Steve McQueen lo llevaba en la película “Le Mans“. De niño no dejaba de verla. Observé que llevaba un reloj cuadrado. Conseguí uno, aunque no era exactamente el modelo de McQueen. También amo el tiempo en un sentido real, puramente analógico.

 

Nosotros también.

En cuanto al tiempo del que disponemos en un día, parece que nunca tengo suficiente. Me gustaría que los días fuesen más largos. No suelo quedarme sentado, a no ser que esté editando fotos. Nunca me quedo parado. Creo que no me he aburrido en mi vida. Siempre estoy ocupado. Mi mujer es igual. Mis hijos también son muy activos, aunque pasan demasiado tiempo frente al ordenador. Pero son muy vitales.

 

¿Hay algo en especial que lo mantenga tan activo?

Lo que me motiva es tomar siempre las mejores fotografías posibles. No reducir nunca mis estándares. Deseo que mi trabajo marque la diferencia. Creo que es importante tener una marca, que la gente reconozca tus imágenes, tu escritura, tu obra. Independientemente del ámbito. Eso es lo que me impulsa. Mientras me dedique a esto, quiero que mis compañeros piensen que lo hago bien, que tengo talento. Deseo que mi trabajo les guste a los pilotos de Fórmula 1, pero que le guste al público es igual de importante, o incluso más. Quiero que le guste a todo el mundo.

 

A nosotros nos gusta. ¡Mucho!

Gracias.

 

¿Tiene ganas de que comience la nueva temporada de Fórmula 1?

Por supuesto, como todos los años. He aprendido mucho durante estos dos años en los que no ha habido carreras. Cómo se percibe la Fórmula 1, cómo se transmite. Creo que ocurre lo mismo en todos los deportes, como en la industria del cine. Cuando vivimos tan obsesionados, es difícil ver más allá de nuestro ámbito y descubrir cómo se nos percibe fuera. Puede que la Fórmula 1 sea el mejor ejemplo, ya que es un entorno en el que imperan el ego, la riqueza y una presión excesiva. Creemos que lo que hacemos es realmente importante a escala mundial. La farsa de Abu Dhabi del año pasado, la forma en que se ganó el título y lo absurdo de la situación generaron un gran impacto en el automovilismo y el mundo del deporte. Pero a escala mundial, con lo que ha sucedido en los últimos dos años, la forma en que se comportan los gobiernos, el medioambiente y otros aspectos problemáticos, no significa nada. O, en todo caso, su importancia es ínfima a nivel mundial. Por causas ajenas a mi voluntad, he cogido distancia de la Fórmula 1 por primera vez en más de tres décadas, y estoy viendo cómo se transmite. No todo es positivo, así que creo que cuando vuelva seré muy consciente de ello y quizás refleje esta nueva perspectiva de un deporte que adoro.

 

Parece que se trata de otro momento determinante. Es una buena forma de poner fin a esta entrevista. Muchas gracias por su tiempo, Darren. Ha sido un auténtico placer.

 

Descubra más sobre la obra de Darren en su Instagram.